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Reportaje:TENIS | Open de Australia

"¡Muere, croata; muere!"

La policía expulsa a 150 aficionados de la antigua Yugoslavia por "comportamiento extraño"

El Open de Australia, lo dice su propaganda, celebra, fomenta e impulsa que los aficionados traigan las banderas de sus países, que canten sus himnos nacionales y sientan los colores. Están permitidos los cuerpos semidesnudos y pintados con los motivos de cada país. Y las banderas a modo de capa. No las peleas. La policía de Melbourne tomó ayer una "actitud proactiva" ante "el comportamiento extraño" que estaban teniendo unos 150 aficionados serbios y croatas presentes en los jardines del torneo, del que fueron expulsados sin que llegaran a pelearse y antes de presenciar el duelo entre el croata Ancic y el japonés Soeda (6-4, 6-3 y 6-2). La colonia de inmigrantes de la antigua Yugoslavia, destruida por una sangrienta guerra civil en la década de los 90, es muy numerosa en Australia.

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"Estas cosas sólo pasan en Melbourne", dijo la serbia Jankovic, que no se enteró, mientras jugaba, de los incidentes, consistentes en insultos y empujones con los palos de las banderas; "en el resto del mundo no pasa nada así". Según Tom Starcevic, secretario de la comunidad croata en el estado de Victoria, los aficionados serbios gritaron: "¡muere, croata; muere!". Ambos grupos se acusaron mutuamente de iniciar la trifulca.

"Los seguidores vestidos con los colores de sus países siempre han sido bienvenidos por el torneo mientras no interfieran en la diversión de los demás", dijo Steve Wood, director del Open, en el que ayer destacaron las camisetas a cuadros rojos y blancos de los aficionados croatas, que también se pasaron todo el Ljubicic-Fish (6-4, 6-7, 3-6 y 3-6) cruzando gritos con un acompañante del estadounidense impulsado por la cerveza. "El personal del torneo", dijo Wood sobre los expulsados, "junto a la policía, escoltó a los aficionados problemáticos fuera del recinto". "La mayoría de los echados son serbios que molestaban a croatas", dijo a Reuters una portavoz de la policía, que no arrestó a nadie. Puede que lo haga hoy: el croata Cilic se enfrenta al serbio Bozoljac.

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