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Reportaje:

Las carreras de letras también tienen futuro

La Universidad de Cádiz premia a una empresa por demostrar que los estudios humanísticos pueden generar negocio

El espíritu emprendedor puede esconderse en cualquier rincón. En los apuntes de un estudiante de Empresariales, en las aulas de la Escuela de Ingeniería o en los pasillos de la facultad de Filosofía y Letras. Con esta premisa, la Universidad de Cádiz ha puesto en marcha la convocatoria Empresas de Base Humanística, un concurso con el que pretende incentivar los proyectos empresariales también entre el alumnado y los titulados de las carreras de letras.

Estudios como Filología o Historia, cuya principal salida tradicional ha sido la docencia, pueden convertirse en germen de proyectos empresariales con futuro. De hecho, en la sociedad del siglo XXI, con un crecimiento económico sustentado en el sector servicios, los negocios culturales son un nuevo nicho de empleo.

Al concurso se presentaron este año 18 ideas de empresas y 10 proyectos empresariales, "todos de muy alto nivel y cualificación", según Joaquín Moreno Marchal, director de la Oficina de Transferencias de Resultados de Investigación de la Universidad de Cádiz. Entre las propuestas premiadas se encontraba el proyecto de María Jesús Paredes, Consultoría Lingüística.

Del mismo modo que una asesoría jurídica o un gabinete psicológico presta los conocimientos de sus empleados para cubrir las necesidades de sus clientes, Consultoría Lingüística ofrecerá la pericia y la preparación lingüística de Paredes y sus compañeros para, entre otras cosas, redactar un informe, escribir un discurso, corregir un manual o preparar un boletín interno. Clientes no les van a faltar. El equipo liderado por María Jesús Paredes, profesora asociada de Lingüística en la Universidad de Cádiz, ha realizado un estudio de mercado y ha determinado que las empresas requieren estos servicios.

Reclamaciones y proyectos

También personas que, por ejemplo, quieren presentar una reclamación y no encuentran el modo de expresarse, o deben redactar un proyecto y necesitan que le revisen la expresión. De casos similares surgió la idea de Consultoría Lingüística. "Habíamos comentado en el departamento que muchas veces hacemos estos trabajos, pero como un favor, a un familiar, a un amigo. Y concluimos que podíamos hacer de ello un negocio", explica Paredes.

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Se trata, además, de un mercado poco explotado. Existen empresas similares, aunque están enfocadas a los servicios de traducción. Consultoría Lingüística ofrece este servicio de forma complementaria, pero se centra en la redacción, corrección y tratamiento de textos. "Incluso podemos reescribir un texto de carácter técnico o científico a un lenguaje más divulgativo", añade la impulsora del proyecto.

En el proyecto de Consultoría Lingüística han trabajado ocho personas. Pero se pueden incorporar más si la empresa comienza con buen pie y empieza a recibir encargos. Para Paredes, además, "es una forma de demostrar que la carrera de Lingüística sirve para algo más que para dar clases". Estos estudios se imparten en Cádiz desde hace sólo 10 años y "todavía son grandes desconocidos, incluso para los propios profesores de la facultad".

Junto al proyecto de María Jesús Paredes, han sido premiadas una empresa de rutas turísticas, De Ida y Vuelta, y Bitácora, dedicada a servicios de documentación, archivística y comunicación. Tres ejemplos de que los negocios y las letras no están reñidos, siempre que detrás exista una idea novedosa.

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