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Las salas de conciertos dicen que la Administración las persigue

Las salas de conciertos aseguran que se sienten perseguidas por las administraciones, un hecho que "las aboca al cierre". Así lo expresó ayer en un comunicado la Asociación de Salas de Concierto de Cataluña, que asegura que se está "criminalizando" a este tipo de locales.

Prueba de ello, dicen, es el inminente cierre por exceso de ruido de La Paloma, el local centenario situado en el barrio del Raval de Barcelona. Aunque, según la entidad que agrupa a las salas de fiesta, éste no es el único local en Cataluña que pasa por dificultades. Otros casos que cita son el London Bar y el Jazzsi, ambos en Barcelona; el casino de Berga, y la sala Zero de Tarragona.

Para protestar contra el "endurecimiento" de las normativas que rigen esta actividad "hasta el absurdo", las salas de concierto catalanas celebrarán conciertos gratuitos entre el 5 y el 11 de febrero.

La Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña pide a las administraciones que "se deje de tratar" a la música en directo "como ruido" y que sea considerada "como una expresión cultural" más. Por ello, propone que la nueva ley de espectáculos reconozca a estos locales como "espacios de cultura".

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