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La fiscal afirma que el crimen del 'okupa' fue una "muerte cobarde"

La fiscal solicitó ayer al jurado un veredicto de culpabilidad contra los dos skins acusados del crimen de un okupa, al considerar que se trató de "una muerte cobarde, porque Roger Albert no pudo defenderse". La acusación pública sostiene que los dos jóvenes que se sientan en el banquillo "obraron a traición, sin riesgo, sobre seguro" y que se trató de "una muerte sin sentido, donde se observa la violencia por la violencia".

La fiscalía sostiene que los skins tuvieron un comportamiento "peligroso y antisocial" y relató las pruebas que, en su opinión, les implican. Entre ellas, aludió a la mancha de sangre del fallecido hallada en el cuchillo desollador con el que se cometió el crimen, una arma comprada por Emilio Cortés en Valencia y que fue la que supuestamente empuñó Aitor Dávila.

Otra de las pruebas inculpatorias son las manchas de sangre de la víctima que se encontraron en el pantalón de Dávila, así como el reconocimiento que de él hicieron varios testigos. La fiscalía calificó de "absurda" la declaración de Dávila, quien relató que cogió un objeto del suelo la noche del crimen, pero que no recordaba que fuese un cuchillo. Cortés sí que declaró que le vio con el arma, que luego fue escondida para no ser descubierta.

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