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Entrevista:ÁLVARO POMBO | Escritor

"Yo tomo muy bien el té con las señoras"

Pregunta. ¿El Planeta se hace por encargo?

Respuesta. No, eso no es verdad. O por lo menos no es verdad en mi caso.

P. Seiscientos mil euros: se pagará unas cañas.

R. Sí, hombre, sí. Si quiere, la convido a un whisky.

P. En 1979 fue noticia que cobró 25.000 pesetas por 11 líneas. ¿Ya apuntaba maneras?

R. Sí, pero maneras poéticas, porque fue por un poema.

P. Fue telefonista del Banco Urquijo en Londres, ha trabajado en el Hispano. Con tanto enchufe le colocarán bien el dinero.

R. Bueno, pero yo lo tengo colocado en otro banco.

P. Ha usado el seudónimo de Cat Stevens. Qué travieso.

R. No era por travieso, sino porque cuando llegué a España la música que se oía era El año del gato, de Al Stewart, y me confundí y dije Cat Stevens.

P. ¿No sería porque tiene usted un pasado hippy y canta?

R. No tengo un pasado hippy en absoluto. Y cantar, canto en el baño: [Se lanza] "Al subir la escaleruca una moza me encontrééé...".

P. Esto tiene que saberlo la industria discográfica.

R. [Sigue]: "Y en el baile la encontrééé... Ella no me dijo nada pero yo la saludééé...".

P. Los políticos son nuestros representantes y no nos representan. ¿Le duele España?

R. No me duele España, pero va a empezar a dolerle a todo el mundo si nos siguen diciendo que se va a desmembrar. Mal mensaje ese que están dando los políticos de la derecha,

P. Dijo que Zapatero es "un deplorable orador". ¿Quién le gusta?

R. Ninguno. La oratoria política presente es ratonera.

P. Cuando ingresó en la Academia afirmó que quería reventar el diccionario. Qué carácter.

R. Qué carácter y qué frase más tonta, porque ya lo estaban reventando creadoramente ellos, con el Diccionario panhispánico de dudas. Era una frase exagerada o absurda. La idea la tenían ya en marcha.

P. ¿Usted en la Academia es de los que limpian, de los que fijan o simplemente de los que dan esplendor?

R. Yo soy un payaso, por eso sólo doy esplendor. Doy conversación, más que esplendor.

P. Piensa que la Academia está "muy al loro" de lo que pasa en el mundo. ¿Usted a qué loro está?

R. Yo estoy al loro municipal de Madrid. Estoy en la pomada y al loro municipal de Madrid, y no diré más.

P. ¿No se pasa al creer que el académico puede tener cuerpo de jota, o es porque es la letra de su sillón?

R. Las personas mayores tenemos un poco cuerpo de jota, porque hemos pasado la mala edad. Yo tengo cincuenta y... ¿cuántos tengo yo? 67, estoy a punto de pasar la mala edad. Ya se me ha pasado la menopausia, la pitopausia, el desengaño de los cincuentones, y estamos libres de tomarnos un buen jamón y un vino.

P. Reconoció que es un pijo de Santander. ¿No ha podido remediarlo?

R. Yo soy un señorito de Santander, que es cosa distinta. [Vuelve al cante]: "Vale más un marinero con su remito en la mano que cincuenta señoritos pooor el muelle paseando". ¿Remediarlo? Por favor, ningún señorito de Santander ha sido telefonista como yo [risotada].

P. ¿Ha aprendido a diferenciar realidad y ficción?

R. Estoy aprendiendo. Es un tema muy bonito. Es el gran tema.

P. ¿Es fiel a algún hombre, fuera de san Juan de la Cruz, Rilke y Sartre?

R. Bueno, yo soy fiel a mis amigos. Pero soy crítico.

P. "Los homosexuales con cierta edad lo hemos tenido muy crudo". ¿Cómo lo tiene ahora?

R. Ahora lo tengo muy bien, porque se me ha pasado la edad. Soy un jubilata, corazón. Tercera edad total.

P. ¿Cuáles son sus gracias?

R. Yo doy conversación muy bien. Desde muy pequeño. Tomo muy bien el té con las señoras.

P. ¿Con qué se coloca?

R. [Señala el vaso de whisky]. Yo pertenezco a una generación que no fumábamos porros. Tomábamos anfetas, pero para las oposiciones. Ahora tomo más vino tinto, de Rioja, que whisky.

P. ¿Qué le divierte?

R. Yo espero tener una vejez larga, tranquila y laboriosa. Me divierte hacer la vida que hago. Bueno, me divierte esta entrevista, por ejemplo.

PERFIL

Con 67 años, el último premio Planeta recibe, dicharachero, en el salón de su casa, imposible de transitar sin un libro

de instrucciones. Dentro de la chimenea están las pruebas de su novela: "Tengo que aprovechar el papel". Tiene dos bicicletas, que usa, una mesa de pimpón y "un gimnasio completo".

Le gusta pasear y la conversación con los amigos de siempre

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