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Entrevista:MICHEL AOUN | Líder del Movimiento Patriótico Libre de Líbano

"Nos arriesgamos a una guerra civil si aislamos a Hezbolá"

Ramón Lobo

El despacho de Michael Aoun, "el general" como le llaman sus seguidores, es pequeño, pero las medidas de seguridad que rodean su vivienda son las de un jefe de Estado: barreras militares, guardas privados y modernos dispositivos electrónicos. Cerca de los 72 años, el ex presidente interino de 1988 y actual líder del Movimiento Patriótico Libre se ha convertido, tras su regreso del exilio en mayo de 2005, en una pieza clave en el complejo tablero libanés. Lejos quedan los tiempos (1989) en los que declaró la guerra a Siria armado por Sadam Husein. En las elecciones legislativas de 2005 fue el político cristiano más votado y en febrero de 2006 firmó un pacto con Hezbolá.

Pregunta. Tras casi 20 años de lucha contra la política siria en Líbano se ha aliado con el Partido de Dios, que es prosirio. ¿Cómo lo explica?

"Israel no se comporta como un Estado, sino como una milicia. Pero ya estamos acostumbrados"
"Quiero saber lo que pasó en el asesinato de Hariri y en los 14 ocurridos después, en los cuales nadie ha descubierto nada"
"No necesitamos un nuevo conflicto con tropas internacionales. No está en el interés de Hezbolá ni del Ejército libanés causarles daño"

Respuesta. Todo el mundo era prosirio en un Líbano ocupado por Siria. Era lo que quería EE UU. Ahora, ellos han cambiado; yo no. Hay que tener buenas relaciones con Siria sin permitir que regresen ni que interfieran. Tenemos problemas graves en Líbano y hay que resolverlos con Hezbolá. Con Hezbolá firmamos un acuerdo para mantener la democracia de consenso, modificar la ley electoral y resolver el problema de los refugiados libaneses en Israel y el de los detenidos en Siria. Ellos han renunciado a su política de liberar Palestina y Jerusalén. Han limitado sus ambiciones a las granjas de Chebaa y a los prisioneros libaneses en manos de Israel. No es pacto sirio o iraní, es un compromiso libanés abierto a otros partidos. Pero Occidente solo apoya al Gobierno. ¿No es inmiscuirse? ¿Por qué no apoyan a Líbano? Se están convirtiendo en un partido libanés y en una parte del conflicto.

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P. Usted tiene una mentalidad secular y su partido defiende ideales seculares, ¿cómo se lleva con un hombre como Hasan Nasralá, el líder de Hezbolá?

R. Es un clérigo, un hombre piadoso, pero no un fanático. Los musulmanes chiíes tienen la Ishtihad, una enorme capacidad de adaptación a las situaciones y a la modernidad. Apreciamos su moralidad aunque Occidente tenga otra experiencia.

P. ¿Qué piensa cuando escucha a EE UU afirmar que Hezbolá es un grupo terrorista?

R. ¿Por qué Europa no dice lo mismo? Hubo un ataque contra los marines y los franceses [murieron 241 estadounidenses y 58 paracaidistas franceses en 1983]. Eran cuarteles. Ocurrió durante la guerra civil. Quizá para los americanos sea terrorismo, pero para otra gente no, para otros eran soldados.

P. ¿Evita su pacto con Hezbolá la división confesional del país en dos bloques?

R. Hasta ahora ha logrado evitarlo. Nos arriesgamos a una guerra civil si aislamos a Hezbolá. Sería una declaración de guerra que les obligaría a defenderse. En la complicada situación que tenemos, Hezbolá ha demostrado capacidad de sufrir bajas sin responder. Las armas deben usarse para defender el país y no en asuntos internos.

P. La gente es pesimista. Habla de enfrentamientos, de coches bomba, de asesinatos.

R. El Gobierno y sus aliados son los que difunden ese pesimismo. Quizá ellos estén preparando algo [risas]. No está en nuestros planes [la violencia]. Lo que queremos es desarrollar una democracia real.

P. ¿Aspira a ser el próximo presidente de Líbano?

R. Estoy jugando un papel importante, y soy consciente de ello, en la lucha contra la corrupción. Si convertirme en presidente ayuda a ese objetivo, me gustaría serlo. En otro caso, prefiero quedarme donde estoy y proseguir mi lucha.

P. ¿Tiene alguna relación con el presidente Emile Lahud?

R. El problema no es con él sino que la cleptocracia que sigue en el poder.

P. ¿Es una solución del problema de las armas que Hezbolá se integre en el Ejército?

R. Podría ser, pero no podemos hablar de ese futuro Ejército antes de que se resuelva el problema que empujo a Hezbolá a la lucha. Eliminemos las causas que les llevaron a empuñar las armas. Si queremos ser racionales hay que desarmar a Hezbolá y soy el que lo está haciendo. El único que les está desarmando es el general Aoun, y lo digo con toda modestia. Ese desarme empieza en escuchar, en hablar, construir confianza y no amenazar. Tenemos que conseguir que esas armas sean innecesarias.

P. La relación con Hezbolá ¿es táctica o estratégica?

R. Liberaron el sur [en el año 2000]. Aún son la resistencia. Somos solidarios. Nuestra alianza no es táctica o estratégica, el segundo artículo de la Constitución prohíbe ceder cualquier parte de territorio. Hacerlo sería alta traición. Mientras que defiendan el suelo libanés y empleen sus armas en hacerlo estaremos con ellos. Es nuestro deber.

P. Usted era contrario a los acuerdos de paz de Taif y ahora propone un acuerdo nacional.

R. Estaba en contra de algunos artículos y pedía un calendario para la retirada siria. Advertí de que en caso contrario no se irían. Estaba en lo cierto. Quince años después, los sirios fueron obligados a marcharse por Estados Unidos, la ONU y los libaneses. [los firmantes del pacto] no estaban a favor de la independencia de Líbano. En una noche se volvieron antisirios y nacionalitas. Sigo siendo el mismo, son los demás quienes cambiaron.

P. ¿Qué piensa de un tribunal internacional para resolver la muerte de Rafik Hariri?

R. No tenemos a nadie acusado. Un tribunal internacional ¿para quién?

P. ¿Cree que Siria está detrás del magnicidio?

R. Llevamos esperando desde el 14 de febrero de 2005 para saber algo. Toda la policía internacional está aquí y con el material más moderno. Pero hasta ahora no hay muchas evidencias. Quiero saber lo que paso en ese asesinato y en los 14 ocurridos después y en los que nadie ha descubierto nada.

P. Usted dijo que la última guerra con Israel fue la más estúpida.

R. Tenemos 58 años de experiencia en guerras y no hemos logrado nada. Es necesario cambiar la forma de tratar el problema. Tenemos que reconciliar los derechos de todos y no dirimir las diferencias entre árabes e israelíes con armas.

P. ¿Pueden las tropas extranjeras acabar metidas en una ratonera en Líbano?

R. Nadie las tocará. No necesitamos un nuevo conflicto con tropas multinacionales. No está en el interés de Hezbolá ni del Ejército libanés causarles daño si respetan su mandato, pero las incursiones israelíes pueden complicar su misión.

P. ¿Como la permanencia de Israel en la parte libanesa de Ghajar tras el alto el fuego?

R. Israel no se comporta como un Estado sino como una milicia. Pero ya estamos acostumbrados.

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