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Reportaje:Fútbol | Séptima jornada de Liga

La queja de Ronaldinho

El brasileño pide coherencia a quienes le juzgan y recuerda que fue alabado ante el Sevilla y criticado frente al Chelsea

Àngels Piñol

Ronaldinho, el delantero del Bar-ça, parecía ayer, a dos días del clásico, feliz en el entrenamiento en La Masía, pero en cuanto pisó la sala de prensa mudó el gesto. Vestido de negro de la cabeza a los pies, el brasileño se presentó con un semblante serio, grave y sin rastro de su sonrisa. Quizá fue la mejor forma que tuvo de escenificar su enfado por el cansancio que le produce oír las críticas hacia su juego. Nunca se le había escuchado al gaucho replicar al entorno, pero, con sutileza, dijo esto cuando se le recordó que Deco había pedido más respeto para el Barça y, por añadidura, para Ronaldinho. "Es normal. Cuando marqué ante el Sevilla

[dos goles, uno de penalti y otro de falta], estaba muy bien de forma y tres días después

muy mal. El fútbol son momentos. Hay que probar y ahora tengo otra oportunidad de demostrar que estoy bien. Por lo que hicimos el curso pasado, la gente debería pensarlo bien antes de decir cualquier cosa".

Lesionado Eto'o para cinco meses, Ronaldinho es ahora escrutado con lupa porque aún no ha explotado. El partido de mañana evoca los dos golazos calcados del clásico de hace un año, que arrancaron aplausos del Bernabéu. Pero esta temporada aún no ha dejado rastro de aquel juego. El brasileño llevaba hasta el pasado domingo dos goles, uno de penalti ante el Racing y otro espectacular ante el Levsky de Sofía y recobró su eficacia ante el Sevilla. El Barça aguardaba a que Ronaldinho deslumbrara en Londres, pero Boulahrouz le secó hasta apartarle del encuentro. Fue una sombra de sí mismo y acabó desesperado. Ante la baja del competitivo Eto'o, que contaba por goles sus actuaciones en el Bernabéu, toda la presión acecha ahora al delantero brasileño: "No lo creo. Cada uno tiene su responsabilidad y me siento igual que antes de su lesión. Yo me encuentro bien y me entreno para mejorar...Y, sí, esperamos repetir lo de la temporada pasada, con todo el respeto, y ganar los tres puntos".

La derrota en Londres ha herido al vestuario y el cuerpo técnico espera que, al menos, sirva de estímulo para que se vea la mejor versión de los azulgrana, líderes con tres puntos de ventaja sobre el Valencia y cinco respecto al Madrid. Habituada a los elogios, la plantilla ha encajado con irritación las críticas y las quejas se han sucedido. Primero fue Deco y ayer Valdés: "Los resultados europeos no influyen en el clásico. El partido ante el Chelsea no fue desastroso. Lo hicimos bien, pero los medios manipulan. No entiendo las dudas sobre Roni. Es el mejor". Y luego el brasileño abundó en la misma línea y, simplificando, dijo: "¿Exagerado? Cada año pasa igual. Si no ganamos, la gente se empieza a preguntar qué ocurre. Sólo nos queda entrenarnos y ganar".

Quizá diga el vestuario que no sucede nada especial, pero hay dos hechos incuestionables. Primero, que el Barça, empezando por el gaucho, añora a Eto'o. "Le echamos de menos dentro y fuera del campo. Y yo particularmente por el entendimiento casi perfecto que tengo con él. Es un gran amigo y un excelente jugador que estaba pasando por un momento espectacular. Siempre marcaba en Madrid y teníamos una gran confianza", confesó. Y la segunda, que el propio brasileño, que está acusando el Mundial y la gira por Estados Unidos, no ha encontrado aún la forma deseada. Pero eso le pasa cada año porque siempre le cuesta despegar. El cuerpo técnico le ha preparado para la próxima semana, aprovechando que no hay jornada europea, un plan para mejorar su fondo físico. "Trabajaré un poco más todos los aspectos. Ahora debo pensar en el Madrid, hacer un máximo esfuerzo. Después queda una semana para trabajar bien y soportar el final del año", explicó.

Tras lamentar la ausencia por sanción de Ronaldo -"me sabe mal porque es mi amigo pero es un peligro menos", dijo sonriendo-, Ronaldinho no quiso hablar de favoritos y dijo que el clásico se lo puede llevar cualquiera. Pero constató que la única diferencia entre este Barça y el del curso pasado, en el que "todo iba de maravilla", fue la derrota de Londres. "Pelearemos por ponernos a ocho puntos. No buscamos espectáculo ni aplausos: sólo jugar como siempre", acabó Ronaldinho, que sabe que mañana será escrutado en el Bernabéu. Pero está habituado porque ya soporta a diario que se le pregunte por qué no sonrie. "Me extraña porque no ha cambiado nada. Sigo siendo y haciendo lo mismo", dijo finalmente sin calibrar que faltan su juego y sus goles.

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