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Salud pretende que todas las recetas se expidan de forma electrónica a final de 2007

Las medicaciones prescritas entrarán en una base de datos accesible al farmacéutico

La clásica receta que el médico extiende al enfermo cuando le prescribe un tratamiento farmacológico dejará de usarse a finales de 2007. En su lugar, funcionará la receta electrónica, que se implantará inicialmente en Girona y las comarcas del Ebro. La medicación que el facultativo prescriba al paciente figurará en una base de datos del Departamento de Salud a la que accederá la farmacia a la que acuda el usuario. Éste podrá solicitar que sus datos sobre un tratamiento que considere confidencial (como un antirretroviral) sean accesibles sólo por una farmacia determinada.

El nuevo sistema de receta electrónica beneficiará especialmente a los enfermos crónicos, que periódicamente (cada semana, en muchos casos), deben acudir a su centro de atención primaria para solicitar al médico o enfermera nuevas recetas. Cuando el sistema funcione, el profesional sanitario no le entregará la clásica receta, sino una "hoja de medicación activa" en la que figurará el fármaco y la duración del tratamiento, de manera que el farmacéutico podrá ir dispensándolo libremente al paciente durante todo el periodo de duración de la terapia.

Los profesionales sanitarios introducirán en su ordenador el tratamiento que prescriben a cada paciente. La información, que entrará a formar parte de la una base de datos del Departamento de Salud, podrá ser consultada desde cualquiera de las cerca de 3.000 oficinas de farmacia que existen en Cataluña. "El paciente dejará ahora de realizar el papel de mensajero que lleva la receta al farmacéutico, ya que cuando llegue a la farmacia, allí ya sabrán qué medicamento han de dispensarle", explicó Joan Duran, presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña. La consejera de Salud, Marina Geli, agregó que el farmacéutico "se incorpora así al proceso clínico y asistencial". Con la información que aparecerá en sus ordenadores, los farmacéuticos podrán controlar si existen incompatibilidades entre medicamentos que esté tomando el paciente o si el seguimiento terapéutico es correcto. También se evitarán errores de interpretación de las recetas manuales y se detectarán con facilidad las falsificaciones.

La interconexión telemática entre las farmacias y el Departamento de Salud permitirá que la Administración tenga información permentemente actualizada de los medicamentos que dispensan las farmacias catalanas con cargo a la Seguridad Social. Uno de los objetivos del nuevo sistema es precisamente "la sostenibilidad de la prestación", admitió la consejera Geli, que cifró en 120 millones las recetas que se prescriben anualmente en Cataluña.

El gerente de Atención Farmacéutica del Servicio Catalán de la Salud, Antoni Gilabert, aseguró ayer que la confidencialidad de los datos fármacoterapéuticos de los pacientes está garantizada. Cada farmacéutico dispondrá de un certificado electrónico que le permitrá acceder a los datos del usuario en el momento en que éste le entregue su tarjeta sanitaria y la "hoja de medicación activa", en la que figurará un código de barras. No obstante, Gilabert destacó que cualquier paciente tendrá el derecho de pedir que alguno de sus datos relativos a la medicación (sobre tratamientos contra el sida o antidepresivos, por ejemplo) gocen de una mayor protección y sólo pueda ser accesibles a un profesional o una farmacia determinada.

Antes de finalizar este año, la receta electrónica funcionará en cinco ambulatorios de Girona y comarcas del Ebro (en Salt, la Bisbal d'Empordà, Tortosa y Ulldecona) y beneficiará a 108.000 usuarios. A lo largo de 2007, el sistema se extenderá progresivamente por toda Cataluña y será utilizado por los siete millones de usuarios que disponen de tarjeta sanitaria.

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