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Un estudio recorre la trayectoria literaria de Ibn Zamrak, el gran poeta de la Alhambra

El arabista Emilio García Gómez rastreó la vida y la obra del escritor hispanomusulmán

La cualidad literaria de la Alhambra está fuera de toda duda. Sus muros están llenos de decoración caligráfica. No sólo los versículos del Corán ocupan sus paredes. También los poemas de la época encontraron un lugar en sus muros, fundamentalmente los de Ibn al-Yayyab, Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak. De entre ellos, este último está considerado como el más brillante de los poetas de la Alhambra. Emilio García Gómez escribió Ibn Zamrak, el poeta de la Alhambra en 1943, con motivo de su ingreso en la Real Academia de la Historia. El libro ha sido reeditado recientemente.

Como homenaje a Emilio García Gómez, un año después del centenario de su nacimiento, el Patronato de la Alhambra y el Generalife ha editado uno de los libros de culto escritos por el mayor arabista español del siglo XX. Ahora, más de 60 años después, es más sencillo redescubrir este libro, que se presenta con un brillante prólogo de Emilio de Santiago, que califica a Ibn Zamrak como "una voz, quizá la voz única o la más genuina, que dio a la frágil arquitectura de los alcázares sentido y función concreta".

En opinión de De Santiago, por el libro de García Gómez parece "no haber pasado el envejecimiento que sufre cualquier estudio y lo hace perecedero de manera inexorable". La edición, que consta de una tirada de 1.280 ejemplares, ha sido cuidada por Miguel Rodríguez Acosta, cuyos dibujos acompañan el texto creando una atmósfera azul que toma como referente las formas geométricas de las paredes de la Alhambra.

Es cierto, como señala Emilio de Santiago al comenzar su prólogo, que no fue Ibn Zamrak el único poeta de la Alhambra, si bien "las elaboradas y magistrales casidas suyas constituyen, desde siempre, el obligado y cardinal punto de referencia de toda la rica manifestación de poesía que se encuentra en los recintos palaciegos nazaríes".

Madraza granadina

Ibn Zamrak es el último representante de la poesía arábigo andaluza y uno de sus más importantes exponentes. El hecho de que sus poemas decoren una parte importante de la Alhambra ha contribuido a su fama, si bien algunos de sus poemas alcanzan una notable calidad lírica. Procedente de una familia pobre originaria de la zona de Levante, se trasladó a Granada huyendo de los progresos que los cristianos llevaban a cabo en la Reconquista. Fue en el barrio del Albaicín en el que comenzó su educación, fruto de las lecturas del Corán en una madraza granadina en la que tuvo como profesor a otro ilustre poeta de la época, Ibn el Jatib.

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Pero no fue la poesía la única ambición que tuvo en la vida Zamrak, que vio cómo sus poemas fueron editados en uno de los libros más lujosos de la tierra. Gracias a su maestro, el poeta logró introducirse en la corte, donde empezó una intensa carrera política, acompañando al destierro a Marruecos al sultán Muhammad V, que fue restaurado en el trono, y que convirtió a Zamrak en su secretario particular. Sin embargo, pronto volvería a caer en desgracia, al subir al trono Yusuf II, que lo encarceló. Tras su liberación, en medio de una revuelta palaciega, el poeta fue asesinado en su casa junto a sus hijos, en torno al año 1393.

En su libro sobre Ibn Zamrak, Emilio García Gómez consigue dar una amplia y concreta visión sobre el poeta, dividiendo su trabajo de investigación por capítulos. En primer lugar, García Gómez se adentra en la época, analizando el contexto histórico que influyó de manera decisiva en el destino personal de Zamrak. Una vez dibujado ese complejo escenario, el arabista se adentra en la biografía del poeta, tomando como fuentes principales la semblanza de Ibn Zamrak escrita por Ibn al-Jatib y los extractos de un libro dedicado a Zamrak por un nieto de Muhammad V, conocido como Ibn al-Ahmar.

Tras reconstruir la interesante biografía, que se lee con fluidez, García Gómez se acerca al artista en la tercera parte de su trabajo, para terminar analizando las inscripciones poéticas de la Alhambra. "Ibn Zamrak es seguramente el último gran poeta hispanomusulmán. En él agoniza, cansada de siglos, la admirable poesía arábigo andaluza. Esta agonía es sincrónica con la de todas las otras manifestaciones creadoras del espíritu musulmán. Pero, en la admirable economía de la Providencia, nada se pierde, sino que todo se anuda y se sucede, en hermosísimo concierto. Cuando el Islam desfallece, el Occidente cristiano, ya adoctrinado, se prepara para el Renacimiento", afirma en su trabajo García Gómez.

Al arabista le gustaba imaginar que "fue precisamente ante estos muros de la Alhambra, decorados con poemas de Ibn Zamrak, donde Boscán y el embajador Navagiero sostuvieron aquel memorable coloquio que había de cambiar de raíz el alma de la poesía española".

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