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Columna
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'Lágrimas de San Lorenzo'

Esta madrugada tuvo lugar uno de esos fenómenos de la naturaleza que cautivan a la humanidad desde hace siglos, la lluvia de las perseidas, también llamada lágrimas de San Lorenzo porque su espectáculo ocurre en torno al 10 de agosto, festividad de ese santo, patrono de las parrillas y de El Escorial. Se trata de una irrupción en el cielo de polvo fugaz de estrellas, producto de diversos choques siderales. El espectáculo es de una belleza serena y alucinante. Lo he contemplado muchas veces cerca del monasterio. Este año, las lágrimas de San Lorenzo se han convertido para mí en lágrimas de cocodrilo ("las que vierte alguien aparentando un dolor que no siente", según el diccionario).

Me explico. Me llamo Genaro. Soy detective privado y me encuentro en San Lorenzo de El Escorial realizando investigaciones que no tienen por qué interesar a ustedes. Y si les interesan, busquen otra fuente de información. Para pasar desapercibido, estoy matriculado en varios de los cursos de verano que se imparten allí todos los años. La persona a quien espío acude con frecuencia a las supuestas apariciones de la Virgen cada primer sábado de mes, desde 1981, en un fresno de la finca Prado Nuevo.

La vidente Amparo Cuevas es una señora de 80 años que controla, al menos, dos residencias de ancianos en El Escorial, otra en Griñón (Madrid), otra en Torralba (Soria) y otra en Peñaranda de Duero (Burgos), además de otros inmuebles-convento. Es la inspiradora de la Fundación Pía Virgen de los Dolores y de la Asociación de Reparadores de Nuestra Señora Virgen de los Dolores, reconocidas por el arzobispo de Madrid. ¿No estará la mafia del ladrillo detrás de todo el tinglado? Porque la Virgen no deja de sugerir en sus mensajes la fundación de una capilla "en honor" de su nombre y la creación de "casas de amor y misericordia para los pobres".

Cuevas fue agredida en 1983 por tres encapuchados que la desnudaron, la arrastraron por el suelo y amenazaron: "Te vamos a ahorcar, a ver si la Virgen viene a salvarte. Tienes que decir que todo esto es falso". Existe una Asociación de Víctimas de las Apariciones de la Virgen de los Dolores. Si vas a San Lorenzo, simula lágrimas de cocodrilo y ríe por dentro.

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