La ocupación de Israel
Cuando capturan a un soldado israelí en un ataque de la resistencia palestina contra la ocupación, la respuesta, como se ha visto, es de locura desmesurada. El Gobierno de Israel quiere una ocupación, contraria al derecho internacional, sin ningún tipo de resistencia. Esto sí, destrucción, muerte y cárceles para los palestinos. Actualmente están detenidos unos 10.000 palestinos en sus cárceles. Israel no quiso aplicar un alto el fuego conseguido de los grupos palestinos por la Autoridad Nacional Palestina.
Ahora, la misma historia se repite en el Líbano. La resistencia libanesa, para liberar a presos libaneses y palestinos y por apoyo al pueblo palestino, captura a dos soldados israelíes. Con el pretexto de liberarles, más bien para crear un nuevo Oriente Próximo al estilo de Irak, el ejercito israelí está llevando a cabo una salvaje masacre de civiles con más de 300 muertos y la destrucción del país de los cedros. Lo curioso es que el Gobierno de Israel sigue hablando de grupos terroristas, mientras está practicando el peor terrorismo.
Al final, habrá canje de prisioneros y toda esta guerra de destrucción israelí se podía haber ahorrado si no fuese por buscar el objetivo de arrodillar a sus vecinos. Mala política que no traerá más que desgracias e inestabilidad política y económica para todos. Acaso, habría que recordar la invasión de Irak y sus resultados de destrucción del país, extensión del terror y la violencia, aparte de casi cuadruplicar el precio del barril de petróleo. La política estratégica de seguridad israelí estaba, en parte, detrás de la guerra de Irak.
La Administración de Bush e Israel -otra vez equivocados como en Irak- quieren seguir con su guerra en contra del criterio del resto del mundo e incluso de Hezbolá de un alto el fuego inmediato e incondicional, para resolver posteriormente los problemas pendientes por la vía de la negociación. La ocupación de territorios árabes por Israel con el apoyo de la maquinaria bélica norteamericana constituye un peligro para la paz mundial. El camino más corto para alcanzar la paz en la zona es aplicar cuanto antes las resoluciones de la ONU sobre la retirada de la ocupación y los refugiados. En caso de inhibición de los gobiernos, habría que movilizarse como se ha hecho en las guerras de Vietnam, Argelia y Suráfrica, practicando medios eficientes como el boicot.
