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El Teatre Lliure recrea en Venecia el sueño de Goldoni

El 38º Festival Internacional de Teatro de Venecia dedicado mundialmente a los dramaturgos venecianos Carlo Gozzi en su bicentenario y Carlo Goldoni en su 300 cumpleaños, y dirigidos con mano maestra por Maurizio Scaparro, ha ofrecido desde el pasado 21 de julio y hasta el próximo día 30 una prismática programación que demuestra la vigencia litigante de estos dos genios del teatro. Con grupos venidos de Bulgaria, Francia, España y toda Italia, el festival ha presentado visiones contemporáneas de estos clásicos. La gran expectación se centraba en dos obras. La primera de ellas era Das Kaffeehaus (La bottega del caffè), en la reescritura de Rainer Werner Fassbinder sobre el original goldoniano y el espectáculo de Bruni y Capitani, que ha sido nuevamente producida para esta bienal con una prodigiosa escenografía y un elenco de actores extraordinario.

Ópera remozada

La segunda era Il mondo della luna, libreto de Goldoni al que puso música Haydn y que raramente se ve en su versión integral. El director catalán Iago Pericot ha dirigido esta producción del teatro del Liceo de Barcelona, el teatro Arriaga de Bilbao y el Lliure barcelonés, con el apoyo en la parte musical de la orquesta de la Academia Musical de San Jorge y la dirección de la muy premiada Silvia Massarelli. El montaje de Pericot tuvo un primer acto algo frío pero que despegó con creces en el segundo donde mejoran notablemente los trajes de Nina Pawlowski en la fría escenografía de Pep Durán. También Pericot agrega de cosecha propia tres personajes colaterales en la formulación de sátiros que se apoyan sobre una deficiente coreografía de Sonia González, en un intento de conectar las escenas y aportar un ingrediente de estética erótica lejano del original. Hoy día está común y universalmente aceptado al tocar los clásicos.

Los cantantes cumplieron en este inspirado y audaz montaje con sus partes, especialmente Cristina Faus, María Cardona y Pep Ferrer. Iago Pericot con este trabajo vuelve a Venecia donde es recordado como pintor, ya que expuso con éxito y reconocimiento en la Bienal de 1972.

El Festival Goldoni ha tenido otros momentos de emoción como el extraordinario Duetto, un trabajo de actores inspirado en La Locandiera, de Goldoni, interpretada por Marcello Scuderi y Vittoria Scognamiglio, dos italianos que trabajan sólidamente en París desde hace años y que han aportado un verdadero recital de técnica actoral en profundidad. Tras haberle otorgado a Ferruccio Soleri, arlequín preferido de Strehler, el León de Oro del teatro, y haberse abierto la exhaustiva exposición sobre Gozzi, Extravagancias escénicas, batallas literarias en la Biblioteca Marciana (que permanecerá abierta hasta el 10 de septiembre), aún quedan un sorprendente racimo de estrenos, búsqueda de memoria y trabajos experimentales donde se revisita el eterno teatro veneciano.

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