Caramot echa chispas
El Drac Caramot volverá a rugir, y de sus fauces abiertas saldrán llamaradas que iluminarán la noche de la Festa Major de El Vendrell (Tarragona). Caramot nació en 1984, pesa 600 kilos, mide 21 metros y cuenta con 70 puntos de fuego. Junto a él participan, en la cercavila de foc del 26 de julio, Santa Anna, entre otros grupos locales, diables y diablons, bou (toro) de foc y la elegante Mulassa Feixuga, una especie de unicornio de distinguido porte. Diablos, dragones y mulas venidos desde otros lugares completan el que está considerado como uno de los pasacalles de fuego más impresionantes de Cataluña, que culmina con la atronadora carretillada a cargo del Ball de Diables.
Del acervo tradicional de El Vendrell se han recuperado cuatro bailes: Valencians, Cercolets (aritos), Gitanes y Pastorets, que figuran en el desfile matinal, tras la salida de la santa de su templo. Junto a ellos aparecen de nuevo diablos y diablones, pero también gigantes, gigantones y enanos, que evolucionan a los sones de las inconfundibles gralles (de la familia de la dulzaina). Estos grupos vuelven a tomar las calles el 27, dedicado a Santa Anneta, a las 20.00, culminando en la Plaça Vella con un espectacular baile conjunto. Una hora antes, la popular Rambla es escenario del canto de habaneras, unido al inevitable y exquisito rom cremat.
El sábado 29 participarán en la muestra de folclore agrupaciones del País Vasco, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Canarias, Galicia y Andalucía.
El despliegue de una Festa Major en la que figuran la mayoría de los elementos de la cultura festiva catalana se completa con la actuación castellera a cargo de los Nens del Vendrell.
La ciudad en la que viera la luz Pau Casals, en 1876, le recuerda desde hace 26 años con un festival internacional de música que lleva su nombre. Desde el pasado 8 de julio, y hasta el 26 de agosto, se desarrolla un programa con orquestas de cámara, cuartetos, coblas sardanísticas, cameratas, jóvenes orquestas, solistas, conciertos para familias y la actuación, el 12 de agosto, de la soprano María Bayo.No todo es ruido, destellos y pólvora en estas tierras mediterráneas.
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