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Las empresas de grúas amenazan con otra huelga

Los empresarios vascos de grúas amenazan, junto a los del resto de España, con una nueva huelga en agosto por lo que califican de "pasividad" del Gobierno central en la regulación del sector. Todas las asociaciones españolas se reunirán en Madrid el próximo martes "y veremos los pasos que tomamos", anunció ayer Joaquín Herrero, presidente de Abeac, la asociación vasca de empresas de asistencia en carretera.

Los empresarios no centran ahora sus reivindicaciones en la subida de tarifas, un asunto que tampoco acaba de resolverse y que provocó los anteriores paros en agosto de 2004 y enero de 2005. Ahora están molestos por el incumplimiento por el Gobierno de una proposición no de ley de junio de 2005 para regular el sector que debía permitir su participación en la Mesa de Transportes, la entrada de las grúas en las ciudades o eliminar la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad como ocurre con taxistas o ambulancias, entre otras medidas. "Ahora nosotros dependemos de la Jefatura de Tráfico, lo que no tiene ningún sentido", afirmó Joaquín Herrero.

Las asociaciones de empresas de grúas culpan de "pasividad" en la regulación de su sector a los ministerios de Interior y Fomento. Y otros departamentos, como las inspecciones de Transportes y Trabajo, "por falta de tutela en las reglas de juego para la realización de una actividad económica en un mercado ya de por sí marcado por una fuerte competencia", señalan.

En Euskadi existen más de 50 compañías de asistencia en carretera, que suman casi 350 remolques. El pasado año lograron subidas en las tarifas por parte de las compañías aseguradoras entre un 10% y un 20%, una cifra alejada del 50% que exigieron en su última huelga en enero. Las subidas constantes del gasóleo no han hecho más que complicar los desfases de costes.

Los aumentos, según ha señalado el presidente de la asociación vasca Abeac, siguen sin cubrir los costes. Un estudio elaborado en 2003 cifró en 50 euros el gasto por un servicio en un área urbana y, con los incrementos logrados, ahora la tarifa no llega a los 30 euros por servicio.

Las movilizaciones que desembocaron en la primera huelga, en agosto de 2004, crearon una gran alarma social al quedarse en las cunetas más de 400 vehículos. La situación de caos obligó a intervenir al Gobierno central, lo que provocó el fin del paro.

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