Escalada militar en Oriente Próximo
"Si la crisis dura más de dos semanas, vamos a tener escasez de medicinas", manifiesta el doctor Ghazi Nasouli en el hospital de Bir Hasan, en Beirut, donde se ha instalado la célula de coordinación de emergencia del Ministerio de Sanidad. De momento, la dirección ha decidido racionar el aire acondicionado para no agotar sus reservas de gasóleo. Algo similar está sucediendo en la calle.
Chipre teme una gigantesca invasión de refugiados procedentes de Líbano para la que no está preparado. "Estamos hablando de unas 60.000 personas, que si se quedan en nuestro país, aunque sólo sea unos días, plantearán una situación imposible", dijo el ministro de Asuntos Exteriores, George Lillikas, quien aseguró que pedirá ayuda a la Comisión Europea.
Israel no soporta la guerra de desgaste que ha lanzado Hezbolá con sus cohetes Katiusha. El norte del país está paralizado desde el 12 de julio y los soldados que combaten en territorio libanés -cuatro perecieron ayer- se enfrentan a una guerrilla dispuesta al sacrificio. La escalada militar se observaba a simple vista ayer a lo largo de la frontera con Líbano. Y todo apunta a que se recrudecerá.
Irán desafió ayer de nuevo las presiones de la comunidad internacional para que suspenda sus planes de enriquecimiento de uranio, y advirtió de que no aceptará una resolución del Consejo de Seguridad que limite su "derecho absoluto" a decidir su programa atómico. "Si se elige el camino de la confrontación en lugar del camino del diálogo, revisaremos nuestro programa nuclear", afirmó el negociador en jefe iraní, Ali Lariyaní.
Tras dos meses de debates, la Cámara de Diputados italiana aprobó el miércoles por la noche la propuesta de ley para refinanciar las misiones militares en el exterior, entre ellas la de Afganistán, y la retirada de las tropas de Irak en el otoño de 2006. La medida contó con 549 votos a favor y cuatro en contra. Se opusieron cuatro diputados del partido Refundación Comunista, que forman parte de la coalición gobernante.
Bush, que tiene aún que hacerse perdonar la lenta reacción oficial en la catástrofe del huracán Katrina y que no es precisamente popular entre los negros, fue acogido tibiamente, con un aplauso que duró 20 segundos. Rápidamente cogió el toro por los cuernos y dijo que, en la presentación que acababa de hacer el líder de la NAACP, creía le iba a decir: "Ya era hora de verle por acá".
J. M. MARTÍ FONT | París
La llegada del presentador negro Harry Roselmack al informativo más visto del país reabre el debate sobre la escasa diversidad en los medios