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La peripecia de un rescate

Una niña muere ahogada en una piscina hinchable de una guardería

Una juez abrió ayer una investigación sobre la muerte de una niña de cuatro años que falleció ahogada el martes en una piscina hinchable de una guardería del barrio de Benicalap de Valencia. "Estaba sanita", relató ayer su tía, Leni Soto. "Se cayó, la quisieron reanimar, dicen que sonrió y ya no reaccionó más". La menor accedió al centro gracias a una beca de verano concedida por los servicios sociales municipales, según fuentes del Ayuntamiento.

La guardería Nanos permaneció ayer cerrada. En el patio, decenas de pelotas de colores, juguetes repartidos sin ningún orden, una manguera medio caída, un par de zuecos blancos y un rollo de papel higiénico tirado en el suelo daban una idea del desconcierto vivido el martes. Al fondo, delante de una pared con un delfín y un sonriente sol pintados, la piscina hinchable, de unos dos metros de diámetro y medio metro de altura, seguía llena de agua.

Falleció en el hospital

La niña llegó hace dos años a Valencia desde Bolivia con su madre, que tiene otros dos hijos, de 12 y 8 años, que siguen allí. El accidente sucedió hacia las 11.30. Al lugar acudió una unidad del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) y de la Policía Local de Valencia, que trasladaron a la pequeña al hospital La Fe donde llegó muy grave y falleció poco después.

Un inspector de la Consejería de Educación se trasladó a la guardería donde ocurrió el accidente para realizar un informe. Este departamento indicó que el centro cuenta con autorización para impartir el primer ciclo de primaria y añadió que al tratarse de un centro educativo privado fuera de época escolar "no tiene ninguna competencia" en el asunto.

El control sobre estas actividades, campamentos o escuelas de verano, corresponde al ayuntamiento, indicaron. Sin embargo, el concejal de Educación de Valencia, Emilio del Toro, eximió al consistorio de culpa. "Nuestra responsabilidad se limita a los centros que concertamos con el cheque escolar durante el periodo lectivo", indicó. Y señaló que no existe una normativa que regule las actividades extraescolares, ni en lo referido a la relación entre profesores y alumnos ni en la capacitación profesional de los educadores. Fuentes del sector educativo confirmaron esta situación. "Dependes del sentido común y la capacidad de los educadores".

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