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Reportaje:TOUR 2006 | Decimosexta etapa

"Usamos la vieja táctica de Perico"

Pereiro y su equipo se alimentaron subiendo para acelerar en el descenso y desgastar a sus rivales

"Hemos utilizado la vieja táctica de Perico", dijo en la meta José Miguel Echávarri, administrador del Caisse d'Epargne, como si revelara el mayor de los secretos. La táctica de Perico Delgado y de tantos otros veteranos, la de Indurain en el Landon en 1990 y en el Tourmalet en 1991, la que Álvaro Pino, director de Pereiro en el Phonak, le recordó ayer a su antiguo corredor: si comes antes que el rival, puedes atacarle después. En el equipo navarro, antiguo Banesto, lo saben de sobra. Antes que Pereiro fue Indurain, y antes Delgado, que le recordaba al campeón de cinco Tours que no se olvidara de comer. Como a Pereiro, a quien deben insistirle para que tome alimentos. Así que ayer, cuando Landis dio señales de debilidad, la orden fue clara: a comer. Y luego, a atacar.

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"A Landis no se le ve bien", le dijo David Arroyo a Eusebio Unzue, director del equipo, cuando bajó al coche a por agua durante la subida al Col de la Croix-de-Fer. Sin perder tiempo, Unzue mandó a sus corredores a comer antes de coronar y ordenó a Zandio que acelerara la carrera durante el descenso, la subida al Col de Mollard y la bajada al pie de La Toussuire. Zandio echó leña a la caldera y dejó al pelotón sin tiempo para alimentarse bien. No hubo respiro. "Bajando es muy difícil comer bien entre curva y curva. Si lo haces antes, ya tienes los deberes hechos. Yo en el Galibier no tenía buenas sensaciones, pero me recuperé y puse a Zandio a desgastar a todos", recordó Pereiro.

El plan funcionó. En La Toussuire, Menchov aceleró a falta de 15 kilómetros y se marchó junto a Pereiro. Llegaron a tener unos 500 metros de ventaja, 18 segundos, pero Landis enlazó tras unos instantes parado. "No sabía si nos estaba engañando o se quitaba la responsabilidad", contó Sastre, el siguiente en sacar el látigo. "Vi que sufría, se quedaba atrás. Y ataqué", añadió. Su ataque descolgó al estadounidense, y a Pereiro se le abrieron las puertas. "¡Tranquilo, Óscar, tápate del aire y ponte a rueda de Kloden!", le dijo Unzue por el pinganillo. "Era mi día", dijo el gallego, "debía ir al límite".

Pereiro aguantó los ataques y entró tercero, por detrás de Sastre, otra vez líder. "En esta última semana, con el calor que hace, podía pasar cualquier cosa. Ahora volvemos a estar de amarillo, y esta vez no es casualidad", explicó Unzue. "En los Pirineos [en la etapa de Pla de Beret] tuve uno de mis peores días, pero les dije a mis compañeros: 'Tranquilos, estoy bien'. Lo he demostrado", explicó Pereiro. El pelotón le concedió una escapada de media hora, pensaron que no aguantaría en la alta montaña. "Creyeron que me hundiría, pero he ganado la etapa reina de la Vuelta a Suiza y una etapa de alta montaña en el Tour. Mal no subo", dijo Pereiro, que llegó a Francia con dos kilos menos que el año pasado. "Subiendo se nota muchísimo".

"Óscar, haz que se arrepientan", le había dicho Valverde, su jefe de filas, retirado por una caída. "Fue un fallo que me dejaran tanto tiempo", dijo Pereiro, "se confiaron y ahora se estarán arrepintiendo". "Le resucitaron después de muerto", afirmó Unzue. El equipo había señalado la etapa de Alpe d'Huez como el punto clave para conocer sus aspiraciones. Pereiro respondió, perdió el maillot sólo por 10 segundos y se abrió la veda. "Supimos que estábamos vivos", dijo su director.

En el fondo, también Pereiro mantenía la esperanza. Devolvió el liderazgo a Landis, pero no se quitó el reloj amarillo que le regalaron. "El Tour no ha terminado. Óscar es un buen corredor, siempre ha luchado. Es bonito para el ciclismo español después de tantas movidas", explicó Sastre, segundo en la general. "Podemos soñar, daré todo lo que llevo dentro. En un Tour tan loco como éste, sólo se puede ir día a día", añadió Pereiro. El gallego lamentó el desfallecimiento de Landis, ex compañero del Phonak. "Parecía inalcanzable. Estoy muy triste, me hubiera gustado disputar el Tour con él. No pensé en atacar el primero porque es mi amigo y él me metió de nuevo en el Tour. Puede que se olvidara de comer bien. Hay que comer primero, y atacar después". La vieja táctica.

Sastre, durante la subida a La Toussuire.
Sastre, durante la subida a La Toussuire.REUTERS
Landis, hundido tras llegar a la meta.
Landis, hundido tras llegar a la meta.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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