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Reportaje:

Amor a la italiana, pero en Barcelona

Giovanni Veronesi rueda en la ciudad catalana la secuela de 'Manuale d'amore' "porque es la capital de la libertad"

"¿Por qué elegí Barcelona como uno de los escenarios principales de mi nueva película? Pues, es muy fácil, porque Barcelona es hoy por hoy la capital europea de la libertad". El director de cine Giovanni Veronesi (Prato, Italia, 1962) responde, con voz ronca -confiesa, orgulloso, que su afonía se debe a los excesos que cometió con las cuerdas vocales durante el partido que enfrentó a Alemania e Italia el miércoles pasado-, entre plano y plano del rodaje de Manuale d'amore. Capitoli successivi, la secuela de su exitosa comedia sentimental, un fenómeno que desbordó las taquillas y logró dos premios Donatello -los Goya italianos-, aunque optaba a 12.

Giovanni Veronesi lleva toda la semana filmando en Barcelona -en distintos lugares, desde la playa de la Barceloneta hasta la ciudad monumental- y ayer recaló con su joven y eufórico equipo en el hospital de Sant Pau, donde se sitúa una de las cuatro historias de la película, titulada Maternidad. En ella se cuenta la peripecia de una pareja italiana (interpretada por los actores Fabio Volo y Barbora Bobulova) que desea tener un bebé y tiene que viajar hasta Barcelona para conseguirlo por fecundación in vitro, ya que en su país la ley no lo permite. "¿Entiende por qué he elegido rodar en Barcelona? Ustedes poseen mejores leyes sociales que Italia. En fin... Nosotros tenemos al Papa", comenta el director con una sonrisa pícara. Y argumenta que, por el mismo motivo, o sea por la imposibilidad de escenificarlo en Italia, otro de los relatos que componen el largometraje también se desarrolla en la ciudad catalana. Éste lleva por título La boda y aborda la experiencia de dos homosexuales (interpretados por Antonio Albanese y Sergio Rubini) que quieren casarse y, al no poder hacerlo en su país, vuelan a Barcelona para darse el sí.

"¿Entiende por qué ruedo aquí? Ustedes poseen mejores leyes sociales. En fin... En Italia tenemos al Papa"

Los otros dos episodios, que se rodarán en las próximas 10 semanas en Roma y en el sur de Italia, Eros y Amor extremo, narran, respectivamente, la intensa atracción erótica que siente un joven postrado en la cama de un hospital (Riccardo Scamarcio) por su despampanante terapeuta (Monica Bellucci) y la arrebatadora pasión que surge entre un madurito (Carlo Verdone) y la nieta de su portera.

Veronesi avanza que las historias de amor que se perfilan en esta segunda parte de Manuale d'amore son "más extremas" y de mayor calado social que las aparecidas en la primera, de carácter "más cotidiano". Eso sí, al igual que la vez anterior, el director, coautor del guión, se ha inspirado en su propia experiencia y en la de sus allegados para escribir los argumentos. "Tengo dos amigos muy cercanos que vinieron a Barcelona para emprender un proceso de fecundación asistida. Eso es algo cada vez más común en mi país", ejemplifica. En cuanto al tono, considera que esta secuela va a ser "aún más cómica". "El nivel de humor sube", asegura el cineasta, y se desternilla imaginando una de las escenas: un óvulo y un espermatozoide haciendo el amor en el interior de una probeta, mientras sus propietarios, como unos turistas cualesquiera, admiran la belleza de la Sagrada Familia.

Al parecer, Veronesi tiene mucho que contar sobre el amor porque está decidido a dirigir una pentalogía fílmica en torno al tema. "Ni siquiera sé si tendré bastante con cinco películas, con la ingente cantidad de material de que dispongo. Ahora, ésta es mi principal preocupación. Bueno, ésta y la final del Mundial de fútbol del domingo", se troncha.

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