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12 grandes cajas rurales preparan un proyecto de integración

Las entidades esperan el visto bueno del Banco de España

Una docena de grandes cajas rurales pretende unificar su área comercial en el Banco Cooperativo bajo una única dirección general. En el proyecto no está Cajamar, la de mayor tamaño. Las 12 cajas han solicitado autorización al Banco de España para integrar recursos propios y consolidar balances. Algunos pretenden mantener la personalidad jurídica, lo que puede dificultar el proyecto.

El objetivo es ser más fuertes y poder competir con bancos y cajas de ahorros, que cada vez les atacan con más agresividad en sus terrenos de origen. Las cajas rurales, incluidas en el sector de cooperativas de crédito, representan el 5,5% del sector financiero y han recibido advertencias del Banco de España para que se fortalezcan y busquen vías para garantizarse la supervivencia.

Esta última iniciativa, que está en los despachos del Banco de España a la espera de la llegada del nuevo equipo gestor, va en esta línea. Las entidades que promueven la idea -entre ellas, Rural Caja, Navarra, Granada, Caja Rural del Sur, Asturias, Aragonesa de los Pirineos, Aragón, Cuenca, Soria y otras- suman más del 50% del volumen de negocio que manejan las cajas rurales y son las principales accionistas del Banco Cooperativo Español, fundado hace 16 años y en el que también participa el banco cooperativo alemán AZ Bank (antes, DG Bank), que posee el 15%.

El proyecto persigue que el Banco Cooperativo Español, que hasta ahora se limita a actuar como mero prestatario de servicios y productos al conjunto de las cajas rurales, pase a asumir una actuación central y rectora del grupo, de manera que marque la estrategia común y asuma la dirección del conjunto. Las actuales direcciones generales de las cajas que participen en el proyecto pasarían a actuar como direcciones regionales, supeditadas a un organismo superior.

La pretensión es convertir este conjunto de cooperativas financieras en un grupo mucho más coordinado, que actúe con un solo plan estratégico, una única dirección y con un balance consolidado que le permita mejores niveles de calificación y mayores posibilidades de actuación, aunque cada caja rural mantendrá la titularidad de su propio patrimonio y su personalidad jurídica y órganos de gobierno.

Aquí es donde puede plantearse el problema. Según fuentes financieras conocedoras de la operación, si se consolidan los balances, las entidades perderían su personalidad jurídica propia. Estas fuentes señalan que quizá existan diferentes sensibilidades entre las cajas que plantean el proyecto y unas estén dispuestas a una fusión total y otras se limiten a buscar una alianza comercial.

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