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Reportaje:

Ese lunar que puede costar la vida

Cualquier cambio en la forma o el tamaño de una peca debe consultarse, porque puede ser el inicio de un melanoma

El sol ha vuelto con fuerza, y con él, la amenaza del cáncer de piel. Cada año se diagnostican en España 80.000 nuevos casos, 6.000 de ellos melanoma, el de peor pronóstico. Muchas veces comienza con un lunar que se modifica. Pero ¿cómo diferenciar una peca de un lunar atípico, y ambos de una lesión maligna? Los especialistas aconsejan a las personas que tienen lunares acudir al menos una vez al dermatólogo y utilizar siempre cremas protectoras. Y vigilar: si aparecen nuevos lunares o los que ya se tienen sufren algún cambio. Porque si el cáncer se diagnostica en la fase inicial, es posible curarlo en todos los casos.

Hay una regla, la del ABCDE, que es una guía de prevención: "Son las iniciales de asimetría, borde irregular, coloración muy oscura o irregular y diámetro igual o superior a seis milímetros. Además, los lunares se deben vigilar por si se produce algún cambio evolutivo en alguno de ellos relacionado con estas características. Una lesión inestable lleva forzosamente a visitar al experto y, al revés, si se tiene la certeza de que es estable se puede tener la tranquilidad de que, al menos, no es un melanoma", sostiene Ángel Pizarro, responsable de la unidad de Lesiones Pigmentadas del servicio de Dermatología del hospital La Paz, de Madrid, y del Instituto Madrileño de Oncología.

La radiación solar es la responsable de más del 90% de los cánceres de piel
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Guerra al melanoma

Los lunares, o nevos melanocíticos, son lesiones pigmentadas benignas constituidas por la proliferación de células productoras de melanina, que son las que proporcionan el pigmento marrón de la piel. Otras lesiones pigmentadas frecuentes son los nevos atípicos, que no cumplen estrictamente la regla ABCDE y la mayoría de las veces son benignos y estables pero, en ocasiones, pueden ser precursores directos de un melanoma. La queratosis seborreica es un tipo de verruga que aparece con la edad y que puede crecer o cambiar pero no se maligniza. Más del 90% de los cánceres de piel se producen por la radiación solar.

"La prevención del cáncer cutáneo debe realizarse en dos direcciones de forma paralela: una de prevención primaria, destinada a disminuir la incidencia y orientada a la población general para que adopte medidas de fotoprotección adecuadas a cada tipo de piel y evite la exposición prolongada al sol y las quemaduras solares; y otra de prevención secundaria, destinada a disminuir la mortalidad mediante una mejor formación de los profesionales de la salud", sostiene Miguel Aizpún Ponzán, especialista de la Academia Española de Dermatología.

En el cáncer de piel se establecen dos grandes grupos, los epiteliomas y los melanomas. Entre el cáncer de piel no melanoma y el melanoma existen diferencias morfológicas y biológicas. Entre las morfológicas destaca que en el melanoma, los epiteliomas suelen estar pigmentados, mientras que en el resto de cáncer, no. Entre las biológicas, que el melanoma tiene un crecimiento rápido y gran capacidad de producir metástasis, mientras que el cáncer de piel que no es melanoma crece lentamente y tiene escasa capacidad de crear tumores a distancia. El objetivo de los especialistas en melanoma hoy es detectar el tumor en la fase inicial, ya que si se trata en este periodo tiene una curación cercana al 100%. "El problema", advierte Pizarro, "es que en este estadio, las lesiones son difíciles de diagnosticar porque tienen características similares a las de los nevos atípicos y, en esas situaciones, la mejor manera de controlar si una lesión evoluciona o no es fotografiarla y comparar las imágenes cada cierto tiempo". Sobre esta cuestión se trató en una reunión científica celebrada recientemente en la Fundación Ramón Areces, de Madrid.

La dermatoscopia digital y la microscopia confocal son dos de las técnicas más novedosas para la detección precoz del cáncer de piel. La primera es como una radiografía de la piel en la que con un sistema de luz se accede a estructuras más profundas. También realiza fotografías de planos generales y lesiones únicas con las que se puede hacer un control digital. La microscopia funciona de forma similar a como lo hace la ecografía de tejidos, pero en vez de utilizar ultrasonido, se ilumina la piel con un rayo láser de muy baja potencia que facilita una imagen con una resolución tal que permite ver la morfología de las células.

"Con la microscopia confocal se realiza lo que serían biopsias ópticas o virtuales en tiempo real, pero también sirve para detectar otros tumores de difícil diagnóstico como los melanomas amelanóticos o los linfomas cutáneos", explica Salvador González, especialista del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, asesor científico de Dermatología del hospital Ramón y Cajal de Madrid y experto que participó en el desarrollo de esta técnica en la Harvard Medical School en 1996. González lideró los estudios por los que la FDA (siglas en inglés para la Agencia de Alimentación y el Medicamento estadounidense) aprobó esta técnica.

Todos estos avances se optimizan con la telemedicina, un concepto muy amplio en el que se utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para diagnosticar, tratar o prevenir enfermedades. La sanidad militar fue la impulsora de la telemedicina en España y hoy existe una red integrada que constituye una verdadera comunidad científica virtual.

"La teledermatología permite el diagnóstico y tratamiento en tiempo real de cualquier afección de la piel y está indicada para la consulta entre médicos de atención primaria o de otras especialidades y el dermatólogo en los casos en que es difícil acceder a este especialista por razones de distancia o carencia. El diagnóstico con este sistema es más preciso en lesiones únicas, evita segundas consultas y permite igualdad de acceso al diagnóstico y al tratamiento con independencia del lugar donde viva el paciente", sostiene Eduardo López Bran, jefe de servicio de Dermatología del hospital Clínico San Carlos, de Madrid.

Este hospital ha desarrollado una experiencia piloto en teledermatología, en la que han participado 384 pacientes de dos centros de salud. El objetivo era conocer el grado de aceptación y conocimiento de este sistema frente a la consulta tradicional. De los resultados preliminares se desprende que el 66,2% de los pacientes prefiere el sistema de teleconsulta y el 25,7% opta por acudir al especialista. Entre los principales motivos para inclinarse por la teleconsulta figuran la rapidez del diagnóstico (36%), la comodidad (7,1%) o la posibilidad de contar con dos opiniones al mismo tiempo (4,7%).

Arriba, melanoma incipiente, y abajo, un gran melanoma.
Arriba, melanoma incipiente, y abajo, un gran melanoma.

Diagnóstico por teleconsulta

El hospital Virgen de la Macarena de Sevilla ha ideado un sistema de teleconsulta para el cribado de los pacientes con lesiones sospechosas de cáncer de piel que agiliza el diagnóstico, evita desplazamientos y los beneficios que aporta justifican el coste.

Entre 2003 y 2006 se ha atendido a cerca de 5.000 pacientes con un índice de satisfacción superior al 90%. "Aunque en algunos hospitales españoles existen experiencias de este tipo no hay ninguno que tenga instaurado un sistema orientado al diagnóstico precoz del cáncer de piel y que se realice de forma rutinaria. El método es muy sencillo. Se envían por la red interna del Sistema Andaluz de Salud los datos clínicos del paciente y las imágenes de las lesiones", dice David Moreno Ramírez, responsable de la unidad de Lesiones Pigmentadas y Teledermatología.

Los resultados preliminares, publicados en las revistas Journal of Telemedicine y Telecare en 2005 con datos de 2.000 pacientes, indican que el 51,2% de los pacientes tenía lesiones benignas, por lo que se evitó la visita al dermatólogo, y el 48,8% manifestaba lesiones sospechosas de cáncer de piel, por lo que se les atendió en un periodo medio de 12 días. Los pacientes que precisaron cirugía fueron operados en un periodo de entre 21 y 25 días desde la primera visita al médico de familia. El estudio económico pone de manifiesto que este sistema de teledermatología diferida de bajo coste es 1,62 veces más económico que la asistencia convencional.

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