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Tanques y soldados israelíes inician por la noche el avance en la franja de Gaza

La aviación destruyó antes dos puentes y la principal planta eléctrica de la zona

Gaza lleva al rojo vivo desde el secuestro, el domingo, del cabo israelí Gilad Shalit tras una incursión de milicianos palestinos. Cientos de tanques, vehículos blindados y miles de soldados aguardaban ayer a las puertas de la franja las órdenes del Gobierno. El bombardeo israelí trataba de impedir los movimientos de activistas palestinos de norte a sur y la destrucción de la planta eléctrica dejó a 800.000 del 1,4 millones de habitantes de Gaza en la oscuridad, lo que agravó todavía más la tensión en este territorio.

En Beit Hanun, ciudad palestina a kilómetro y medio de una base militar israelí, se observaba a mediodía el movimiento de los tanques y la polvareda que levantan. Abdelaziz y Taufik Wahdan viven en una casa de cuatro pisos en la primera línea de la frontera, junto a un camino por el que han entrado los uniformados israelíes tantas veces en los últimos años. Desprecian las amenazas vertidas por el Ejecutivo de Ehud Olmert tras el rapto de Gilad Shalit. "Secuestrar a personas no es agradable. Lo sabemos porque lo sufrimos. Pero no hay alternativa. De ninguna manera hay que liberar al rehén a cambio de nada", comenta Taufik, padre de 12 hijos. ¿Y si Israel invade Gaza de nuevo?, se le pregunta "Nos trae sin cuidado. No vamos a aplaudir ni a recibirlos con flores", advierte Abdelaziz.

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Si algo sobra en Gaza es arena y cascotes de cemento. En el campo de refugiados de Yabalia y en la ciudad de Beit Lahia, al norte de la franja, comenzaban los preparativos de las milicias palestinas ante una invasión. Activistas de todos los grupos han levantado montones de tierra y escombros de dos metros y medio en las calles principales. Pretenden forzar a los tanques a marchar por espacios reducidos, donde los activistas colocan minas. "Se van a llevar sorpresas", decía Abu Muyahid, un miliciano de Hamás. La tensión se dispara por momentos. El ultimátum de 48 horas lanzado por el Gobierno israelí, acompañado de amenazas a los líderes de Hamás en los territorios ocupados y en los países árabes, se agotaba.

Una tremenda explosión a tres minutos de las seis de la tarde mató a un miliciano de Hamás de 21 años y añadió confusión a la de por sí caótica situación. El Ejército israelí negó su implicación. Los medios palestinos hablaban de "terrorismo sionista". Ráfagas de disparos se escuchaban con cada vez mayor frecuencia.

Esfuerzos diplomáticos

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Los ingentes esfuerzos diplomáticos se sucedían para reclamar al primer ministro Ehud Olmert contención a la hora de decidir el ataque masivo. De hacerlo, la vida de Gilad Shalit, secuestrado el domingo en un ataque de las milicias palestinas contra una base militar israelí, pendería de un hilo. Por si algo faltara, tanto los militares como la policía dan por hecho que un colono del asentamiento judío de Itamar, en las cercanías de Nablus, en la Cisjordania ocupada, también ha caído cautivo de una milicia palestina.

Israel juega todas las bazas a su alcance, que no son pocas. Gaza está bloqueada. Nadie, salvo los periodistas, ni siquiera el presidente palestino, Mahmud Abbas, está autorizado a abandonarla. El casi millón y medio de palestinos de la franja sufren un bloqueo total: no entra producto alguno y el suministro de petróleo se ha detenido. Mientras, el Ejecutivo egipcio desplegó 2.000 policías en el límite sur de Gaza.

Raro ha sido en los últimos meses que se ha haya podido dormir dos noches consecutivas sin el sobresalto del estruendo de los proyectiles israelíes. "Desde que el cautivo se encuentra con nosotros, no han disparado una sola bomba", afirmaba por la tarde una mujer de Yabalia, dos horas antes de la explosión que mató al activista de Hamás. El silencio ha durado varios días.

Una columna de blindados israelíes avanza de madrugada hacia el interior de la franja de Gaza desde el kibutz Kerem Shalom.
Una columna de blindados israelíes avanza de madrugada hacia el interior de la franja de Gaza desde el kibutz Kerem Shalom.ASSOCIATED PRESS

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