Verano gris
No es otra canción del verano como Opá o A por ellos, Oe!, sino la realidad que nos espera a la mayoría de estudiantes en los próximos meses de lo que se supone deberían ser unas merecidas vacaciones después de nueve meses de clases y exámenes. Dicen que los jóvenes no trabajamos, que los estudiantes tienen más vacaciones que nadie, suerte de aquellos que cumplan la regla, porque para la gran mayoría el verano es sinónimo de ETT's, horarios interminables y sueldos mínimos. Parte de esto es a causa de las empresas, que lógicamente persiguen el máximo beneficio, y del Gobierno, que no ejerce ningún control sobre esto. Nosotros, los que salimos más perjudicados, deberíamos tomar ejemplo de nuestros vecinos franceses y movilizarnos en contra de este trato en ocasiones abusivo. En vez de hacer planes para sacarle el mayor partido a los próximos tres meses, me encuentro preparando currículos y repartiéndolos por la ciudad. Sólo falta que me acepten en algún trabajo para olvidarme de lo que deberían ser mis vacaciones de verano.