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San Sebastián abrirá un centro de investigación sobre biomateriales

El CIC Biomagune costará 36 millones de euros y acogerá a ocho equipos científicos

Maribel Marín Yarza

El parque tecnológico donostiarra de Miramón acogerá a partir de noviembre el Centro de Investigación Cooperativa Biomagune, especializado en biomateriales, donde trabajarán para finales de 2007 más de 70 personas en ocho grupos. La instalación, que contará con una unidad de imagen molecular, actualmente en diseño, supondrá una inversión de 36 millones de euros y tendrá como director científico a Manuel Martín-Lomas.

El nuevo centro, financiado por el Industria y la Diputación de Guipúzcoa, tiene como objetivo básico "la concepción, producción, promoción y aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos en el área de los biomateriales, mediante la realización de actividades sistemáticas de investigación y desarrollo experimental", según explicaron ayer sus responsables.

"En 1953, cuando se descubrió la estructura del DNA, no se podían imaginar sus aplicaciones. Lo mismo ocurre en este caso. Es muy difícil decir qué productos van a salir de la investigación que se desarrolle en el centro", contestó ayer José María Mato cuando se le preguntó por las aplicaciones concretas que tendrán sus investigaciones. El profesor Mato, director general de Biomagune y de Biogune, el centro de investigación hermano dedicado a las biociencias que funciona ya en el Parque Tecnológico de Vizcaya, dio no obstante algunas pistas.

Biomateriales son productos tan cotidianos como lentillas o prótesis dentales. Si la investigación de Biomagune se desarrolla en el ámbito de lo nano (lo infinitamente pequeño) puede desembocar en la creación de nuevos "dispositivos que, por ejemplo, lleven los fármacos al sitio adecuado para evitar posibles rechazos".

El edificio, que ya está acabado, acogerá a finales de 2007 una plantilla de alrededor de 70 personas, de las que un 90% será personal investigador altamente cualificado. Su director científico, Manuel Martín-Lomas, un hombre con experiencia en la gestión y creación de empresas, internacionalmente reconocido por sus investigaciones en el campo de los hidratos de carbono, puso un anuncio en febrero en la revista Nature para reclutar personal.

"Hubo 20 candidatos dignos de consideración", relató ayer. Sólo dos de ellos eran españoles, lo que le llevó a conjeturar que o no hay mucha gente que está en esa interfase entre la química, la física y la biología, "o le dan miedo las cosas nuevas", añadió mientras denunciaba la "funcionarización" de los científicos. Martín-Lomas dirigirá una de las ocho unidades de investigación del centro, la de nano-estructuras biofuncionales, junto a Soledad Penadés, que hasta la fecha ha venido desarrollando su labor en el Instituto de Investigaciones Químicas del Centro de Investigaciones Científicas de la Universidad de Sevilla.

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Lo que hará de Biomagune un centro único será la unidad de imagen molecular -costará 9,5 millones de euros incluido el equipamiento- que, por la suma de tecnologías, supondrá la "mayor plataforma tecnológica que se ha creado hasta la fecha" no sólo en Euskadi, sino "también en el resto del Estado", según los responsables del centro.

Impulso a las biociencias

"Estará orientada fundamentalmente al desarrollo de nuevas técnicas de imagen para seguimiento de dispositivos de liberación controlada de fármacos, terapias personalizadas o técnicas de diagnóstico por contraste, entre otras aplicaciones".

La puesta en marcha de Biomagune se inscribe dentro de la estrategia bioBASK 2010 para el desarrollo en Euskadi de un nuevo sector empresarial relacionado con las biociencias, ámbito en el que tradicionalmente ha tenido poca presencia. Según los datos aportados ayer por la consejera de Industria, Ana Aguirre, hoy existen ya 50 compañías que emplean a más de un millar de personas y facturan más de 221 millones de euros.

"La evolución en este ámbito ha sido muy importante, señaló. "Por eso hemos recibido el reconocimiento de parte de la comunidad científica europea. Euskadi forma parte del Consejo Europeo de Bioregiones (CEBR) y de la Asociación Europea de Bioindustrias.

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