Mahmud Abbas, Israel y Palestina
Dice Shlomo Ben Ami que con su ultimátum a Hamás, el líder palestino Mahmud Abbas "ha abandonado la legitimidad que le ofrecía el plan de paz de la Liga Árabe y ha socavado los esfuerzos del presidente Mubarak y otros dirigentes que trataban de atraer a Hamás al proceso de paz mediante dicha plataforma" (El error de Mahmud Abbas, 9 de junio de 2006). Quizá tenga razón Ben Ami al afirmar esto, pero luego agrega que "la comunidad internacional, y desde luego Estados Unidos, seguirá pidiendo a Hamás que asuma de forma explícita las tres condiciones para tener legitimidad".
Como Shlomo Ben Ami sabe muy bien, son principalmente EE UU e Israel quienes han mostrado su más frontal rechazo a las iniciativas de paz consensuadas por la comunidad internacional, mucho antes de que Hamás entrara en escena, comenzando por el plan de la Liga Árabe de 2002 al que se refiere Ben Ami, ignorado por Bush y Sharon, y así con un sinfín de propuestas.
EE UU ha rechazado cada iniciativa, incluidas las negociaciones en Camp David en las que participó Ben Ami y en las que el propio Clinton reconociera serias deficiencias. Todas las concesiones en Camp David fueron hechas por los palestinos y nunca por Israel, tanto en materia de fronteras como de refugiados, asentamientos o Jerusalén Este. Lo mismo sucedió con el proceso de Oslo, violado escandalosamente por Israel y diseñado como un proyecto de dominio colonial israelí sobre los palestinos, como escribiera el propio Ben Ami en un texto académico antes de sumarse al Gobierno laborista. Que todo esto continúa en la actualidad con el incondicional apoyo de EE UU podrá corroborarse con los más de 180.000 colonos que pueblan ilegalmente Jerusalén Este, con la brutal escalada de asentamientos en Cisjordania, con la consolidación del trazado del muro, con el sistema de carreteras en Cisjordania, con la continuada confiscación de más terrenos, con los planes de Olmert para hacerse con el Valle del Jordán y con los mayores asentamientos, lo que reducirá el "Estado palestino" a una serie de cantones sin continuidad territorial y, en suma, con la catástrofe que se cierne sobre la diezmada comunidad palestina.
El problema no es Hamás (al margen de lo que nos pueda parecer), sino el apoyo incondicional de EE UU a las políticas unilaterales de Israel en flagrante violación del derecho internacional.
