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Crónica:Alemania 2006 | Fiesta tricolor
Crónica
Texto informativo con interpretación

El triunfo de la astucia

La estrategia permite a la selección ecuatoriana desarmar a Polonia, que nunca supo reaccionar

Diego Torres

La invasión de Gelsenkirchen por decenas de miles de hinchas polacos relegó a los ecuatorianos a ocupar un rincón en el único estadio techado del Mundial. Los aficionados polacos recordaban una goleada reciente de su equipo sobre Ecuador (3-0) y todo auspiciaba una tarde apacible. No fue así. Se impuso Ecuador contra el buen juego polaco.

La selección de Ecuador llegó al partido convencida de que Polonia era superior. Esta convicción es una ventaja si se sabe mantener la calma y si se tiene un plan. Ecuador actuó con cautela. Hizo de la paciencia su primera virtud y de Ulises de la Cruz un punzón letal. Este lateral, que normalmente ocupa el banquillo del Aston Villa, tenía una misión en territorio rival: valerse de su potencia para trasladar el balón lo más lejos posible, bien pegado a la banda, ofreciéndoselo a su marcador para provocar un corte que le diera un saque de banda. Esta jugada, de la que Benito Floro dio varias conferencias, era una de las pocas posibilidades de que los delanteros ecuatorianos pudieran rematar a puerta. Sucede que Delgado y Tenorio son incapaces de recibir un balón de cara a la portería. Para servir a esta clase de puntas el astuto De la Cruz encaró a Zewlakow, que mordió el anzuelo. Así provocó dos saques de banda de consecuencias decisivas. Fueron dos jugadas calcadas que el propio De la Cruz se encargó de iniciar con un fuerte lanzamiento desde la banda. La maniobra era siempre la misma: Delgado peinaba para atrás y Tenorio se buscaba la vida en la cueva. Todo estaba tan ensayado que a la primera fue gol. A la segunda, casi.

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El efecto del tanto ecuatoriano fue el desplome de Polonia. Suele suceder a los equipos que juegan mejor que su oponente y se ven superados de todas maneras. Polonia comenzó el partido dominando. Se metió en campo contrario y atacó con muchos hombres. Ahí estaba Zarawski buscando los espacios, Krzynowek insistiendo en el desborde y Smolarek recorriendo todo el frente de ataque con una elegancia que recordaba a su padre, figura del Mundial de 1982.

Polonia necesitaba espacios porque sus futbolistas, aunque rápidos, no tienen la habilidad de sus antecesores. A este equipo le falta un Boniek. Y Ecuador se aprovechó de ello con oficio. Si los polacos precisaban espacios, se los achicaron. Fue una estrategia premeditada. Línea de cuatro con unos centrales poderosos que iban bien por arriba, Castillo por delante, siempre firme en el medio, y un grupo de centrocampistas fajadores. El complejo se cerraba con Mora, portero correcto.

Hasta que entró Kaviedes, Ecuador sólo se organizó para defender. Para atacar lo libró todo a la improvisación y a De la Cruz en busca del saque de banda liberador. Como el plan surtió efecto, todo fue rodado. Para ello colaboraron de manera imprescindible los centrales polacos. La jugada más elaborada de Ecuador, fue demasiado para ellos. Méndez la inició, Kaviedes la culminó y Delgado, solo ante Boruc, puso los tres puntos en la caja.

Aficionados ecuatorianos celebran en Madrid el triunfo de Ecuador ayer sobre Polonia.
Aficionados ecuatorianos celebran en Madrid el triunfo de Ecuador ayer sobre Polonia.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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