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Reportaje:

La 'voz libre' de Enrique Morente

El flamencólogo Balbino Gutiérrez publica una nueva biografía actualizada del cantaor

Puede parecer que Enrique Morente (Granada, 1942) es una excepción dentro del cante flamenco. Pero no es así, asegura Balbino Gutiérrez, autor de la biografía Enrique Morente. La voz libre (Fundación Autor), que también recoge las críticas del recorrido vital del cantaor granadino.

La voz libre se presentó hace 10 años, pero Gutiérrez consideró que era "merecedora de continuidad en otra nueva [obra] corregida y aumentada". Y esta actualización se presentó ayer en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), donde el biógrafo estuvo acompañado del flamencólogo José Manuel Gamboa, el cineasta Carlos Saura y el propio Morente, que llegó, eso sí, con retraso -"la culpa es de Ramón El Portugués", bromeó-.

"La personalidad humana y artística de Enrique Morente se exponen de manera paradigmática en este libro, que nos descubre su dilatada trayectoria profesional y vital", explicó Gutiérrez, quien se ha servido de "cinco voces" -las apariciones de Morente en la prensa, las fotografías, Internet, la voz de Morente y la suya propia- para trazar la estructura de las 701 páginas, nuevas 300 de ellas, de la biografía.

Gutiérrez reconoció que él sólo es el "orquestador" de todo ese material, aunque, sin sonar a rectificación, también escribe: "La sinceridad apasionada del biógrafo proyecta una imagen mucho más real y poderosa que la que podría ofrecer cualquier aproximación fríamente objetiva".

En 1995 se publicó "la primera parte" de La voz libre y en ese mismo año hubo un punto de inflexión en la carrera de Morente. El artista se armó de valentía -e hizo uso de esa libertad a la que siempre acaba aludiéndose cuando se habla de él- y mezcló el flamenco con el rock.

Junto al grupo granadino Lagartija Nick gestó su disco más arriesgado, Omega. Desde entonces, el flamenco es más universal. "Gusta muchísimo, pero todavía estamos teniendo que defendernos de las aristas del camino", añadió Morente. "Al cante flamenco le cuesta andar por el mundo". De todas formas, Morente se conforma: "Prefiero que seamos menos conocidos y más amados, y el cante es amado en todo el mundo y sigue vivo gracias a los profesionales".

Carlos Saura, quien confesó que le daba vergüenza hablar en tono encomiástico de alguien que estaba presente -"quizás sea porque soy aragonés"-, se declaró sorprendido tras la lectura de La voz libre, pues, aunque había trabajado con Morente no conocía su vida. En ella había encontrado, dijo, "ciertos paralelismos" con la suya. "Se impregnó de los mejores y luchó contra las malas críticas hasta llegar a un momento en el que hace lo que quiere sin importarle qué dirán", relató el cineasta.

Y es que todos los presentes -entre ellos, Juan Habichuela y Carmen Linares- parecían estar de acuerdo con que, desde su nacimiento en el Albaicín populoso de la posguerra, Enrique Morente no había cesado de "enriquecer el flamenco".

Abrumado y agradecido, Morente prometió hacer un repaso de las últimas cuatro décadas de su vida y "leer el libro en esta semana".

De izquierda a derecha, Carlos Saura, Enrique Morente, Balbino Gutiérrez y José Manuel Gamboa.
De izquierda a derecha, Carlos Saura, Enrique Morente, Balbino Gutiérrez y José Manuel Gamboa.CRISTÓBAL MANUEL
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