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El Gobierno de Prodi logra el apoyo del Senado

La oposición de centro-derecha abronca e insulta a los senadores vitalicios por votar a favor del nuevo Ejecutivo

Enric González

El Gobierno de Romano Prodi obtuvo ayer la confianza del Senado -165 votos a favor, 155 en contra y ninguna abstención- en una sesión muy tormentosa. La oposición de centro-derecha arremetió contra los siete senadores vitalicios, que votaron a favor de Prodi. Los insultos fueron tan graves que el propio Renato Schifani, líder de Forza Italia en la Cámara alta, se vio obligado a condenarlos como "injustificables".

Los siete senadores vitalicios no fueron decisivos para dar el espaldarazo definitivo al nuevo Gobierno de centro-izquierda que, una vez perdido el voto de Franco Marini debido a su elección como presidente de la Cámara, contaba en principio con 157 escaños frente a 156 del centro-derecha. Vitalicios al margen, Prodi logró 158 votos afirmativos. Esto demuestra que la mayoría se mantuvo disciplinada mientras que la oposición contaba con un traidor. Al terminar la votación, Prodi se mostró muy satisfecho: "Mejor, imposible".

Silvio Berlusconi afirmó que los senadores vitalicios habían mostrado "un comportamiento inmoral" al no abstenerse. Los siete fueron los primeros en votar, y cada uno de ellos, menos la casi centenaria científica Rita Levi Montalcini, tuvo que soportar una lluvia de exabruptos desde los bancos de la oposición mientras se acercaban al estrado. Los términos "vendidos", "corruptos" y "momias" fueron de lo más suave que se escuchó. No se libraron de la bronca ni Giulio Andreotti, que votó pese a haber sido el candidato del centro-derecha a la presidencia del Senado, ni el ex presidente Carlo Azeglio Ciampi, que se estrenaba como vitalicio a los cuatro días de abandonar el palacio del Quirinal entre alabanzas generales.

Bronca indigna

El secretario general de los Demócratas de Izquierda, Piero Fassino, definió el griterío como "la bronca indigna de unos senadores excitados por la radicalización propia de los vencidos". El presidente de la Cámara, Franco Marini, precisó que los senadores vitalicios tenían "los mismos derechos de voto que los demás senadores" y calificó de "inaceptables" los insultos proferidos durante la sesión. "Hay que reflexionar sobre ciertos comportamientos", declaró.

Romano Prodi no se extendió sobre la crispación parlamentaria ("espero que en el futuro mejore el ambiente", comentó) y prefirió mostrarse optimista sobre las perspectivas de su Gobierno: "Se ha visto que tenemos los votos necesarios, más que en 1996, y que esta Administración reúne las condiciones para durar los cinco años de legislatura".

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Il Professore indicó que no pensaba reforzar su mayoría captando posibles desertores del centro-derecha ni favoreciendo grandes consensos con la oposición, aunque sí aspiraba a crear "una atmósfera más respirable en las relaciones con la Casa de las Libertades", la coalición berlusconiana.

Quedó claro, sin embargo, que la legislatura se anuncia tensa. El propio Berlusconi aseguró en Nápoles, donde participó en un acto electoral de los candidatos de centro-derecha en las elecciones municipales del día 28, que defendería "por todos los medios" sus reformas frente al "afán revanchista" del centro-izquierda. El senador Schifani comentó por su parte que el Gobierno de Prodi durará poco: "La Italia de Prodi tendrá una vida muy breve", aseguró.

El presidente del Consejo de Ministros italiano, Romano Prodi, atiende al debate en el Senado poco antes de la votación.
El presidente del Consejo de Ministros italiano, Romano Prodi, atiende al debate en el Senado poco antes de la votación.ASSOCIATED PRESS

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