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Sectores del PSC propugnan el relevo de Maragall en las próximas autonómicas

El presidente admite que no sabe si volverá a ser candidato a la Generalitat

Con la crisis de Gobierno en Cataluña todavía abierta y con el presidente Pasqual Maragall dedicado a cerrarla, tanto oposición como el Partit dels Socialistes (PSC) situaron ayer en el primer plano los cálculos con vistas a las elecciones autonómicas de otoño. El futuro de Maragall es una incógnita. Pero influyentes sectores del PSC se decantan por un nuevo candidato socialista a la presidencia de la Generalitat. Esta opción seduce también a dirigentes de Iniciativa Verds (ICV), aunque no hay una posición oficial. Anoche, en una entrevista en TV-3 el presidente admitió, por primera vez, que desconoce si repetirá.

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El primer secretario del PSC, José Montilla, eludió ayer pronunciarse sobre la conveniencia de que Maragall repita como presidente. Preguntado en una conferencia de prensa sobre esta cuestión, respondió: "El partido todavía no se lo ha planteado, lo hará en el momento más adecuado", que no concretó. Pero así como hasta ahora siempre había situado a Maragall como primera opción del partido, esta vez abrió el abanico de posibilidades: "Cataluña tendrá un presidente o presidenta socialista".

El también ministro de Industria abundó sobre este delicado asunto preguntándose en voz alta "por qué deberíamos excluir a las mujeres, que son el 50% de la sociedad". Y, mirando a la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, comentó: "Hay mujeres que lo harían muy bien".

Quedaba abierta, así, la carrera por la sucesión de Maragall. "En caso de que hubiera más de un candidato, el reglamento del partido nos obliga a hacer elecciones primarias", explicó. En círculos del PSOE próximos a La Moncloa se da por supuesto desde hace semanas que Maragall no volverá a ser candidato. Por la noche, el jefe de informativos de TV-3 interrogó a Maragall sobre su continuidad. "Usted no lo sabe y yo tampoco", respondió. El presidente agregó que será una decisión a tomar tras el referéndum del Estatuto y eludió entablar un debate sobre esta cuestión porque, dijo, la prioridad es obtener una diáfana victoria del en las urnas.

Críticas de ICV

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No es sólo el PSC el que cuestiona su manera de dirigir el Gobierno. Hace dos semanas dirigentes de Iniciativa Verds (ICV), el socio que continúa formando parte de su Ejecutivo, expresaron abiertamente su "hartazgo" por el estilo presidencial. "No debería ser presidente de la Generalitat otra legislatura, ha llevado el tripartito a la ruina", sostuvieron los mismos dirigentes.

Ayer, el presidente de ICV y consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, también eludió apoyar a Maragall, y pospuso todo pronunciamiento hasta después del referéndum del 18 de junio. Tanto Iniciativa como Esquerra Republicana se han pronunciado, tras la salida de los republicanos del Gobierno catalán, favorables a reeditar la alianza de las izquierdas "sobre unas nuevas bases", entre las que probablemente habría que incluir el debate sobre quién ocupa la presidencia y, sobre todo, con qué estilo. Maragall, en la misma entrevista, también se pronunció a favor de reeditar el tripartito y juzgó "difícil" pactar con Convergència i Unió.

Los partidos del Gobierno, sin embargo, pretenden evitar a toda costa que este debate se instale como primer punto de la agenda política catalana. La prioridad absoluta es el referéndum. Cualquier resultado que no sea un rotundo sería un fracaso para los socialistas e Iniciativa. También para CiU, que en esta batalla está en el mismo frente que el Gobierno catalán y el PSOE.

Los socialistas abordan esta campaña con esperanzas renovadas. Ahora ya pueden pedir el desde un Gobierno que lo defiende sin fisuras. Y se abonarán a ello. Ayer trascendió que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se volcará ya la próxima semana en la campaña del Estatuto. El próximo viernes participará en un acto organizado por el PSC en Girona. Antes del referéndum, Zapatero celebrará actos también en Barcelona, Tarragona y Lleida.

También para CiU es prioridad absoluta lograr un holgado triunfo del en el referéndum. Pero ayer sus dirigentes no dudaron en entrar a fondo en la batalla para eliminar a Maragall como posible adversario electoral. Tanto Artur Mas, como el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, volvieron a ofrecer colaboración parlamentaria a Maragall hasta las elecciones de otoño. Pero inmediatamente después le exigieron su renuncia a volver a encabezar la lista socialista. Las encuestas siguen señalando a Maragall como el candidato mejor valorado.

Lo cierto es que Maragall ha logrado más votos que CiU en las dos últimas elecciones autonómicas y que Artur Mas lleva muchos meses exigiéndole, primero, que no agote la presente legislatura, lo que ya ha logrado. Y segundo, que renuncie a un segundo mandato. El presidente del PP catalán, Josep Piqué, se sumó a esta petición al dar por "fracasado" el proyecto político de Maragall y de la izquierda catalana.

Aclamación a Mas

Mas fue objeto ayer de una triunfal acogida por parte de los diputados de su grupo en el Parlamento catalán ante quienes pronunció un discurso de corte electoral, informa Marta Albiñana. "Tendremos un buen Estatuto en verano y un buen Gobierno en otoño", vaticinó entre vítores. Mas consideró abierta la campaña de las autonómicas. "Tenemos las pilas puestas", aseguró.

Para trabajar por una victoria clara del en el referéndum del Estatuto, Mas se mostró partidario de celebrar actos de campaña por el voto afirmativo junto al PSC y el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Las ansias de Mas para compartir el escenario con Zapatero se vieron truncadas pocas horas después. Montilla aseguró que los socialistas catalanes no tienen, por el momento, ninguna intención. A lo máximo que se mostró dispuesto es a participar conjuntamente en "actos cívicos". También lo rechazó Joan Saura de ICV.

Por su parte, el PP avanzó ayer el que será su lema para su campaña en contra del Estatuto: Piensa en Cataluña y di que no.

Manuela de Madre y José Montilla, ayer en Barcelona.
Manuela de Madre y José Montilla, ayer en Barcelona.MARCEL·LÍ SÀENZ

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