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La voz profunda de Gamoneda gana el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

El jurado resalta la "actualidad y coherencia" del conjunto de su obra poética

Aurora Intxausti

Haciendo gala de su peculiar tono vital, Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) recibió la noticia del XV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que ganó ayer, con la sencillez que emana de sus palabras. "No soy un hombre que se agite mucho por las cosas; sin embargo, eso no es obstáculo para reconocer que me siento halagado de que se reconozca el conjunto de mi obra". El jurado, presidido por Yago Pico de Coaña, presidente de Patrimonio Nacional, resalta la vinculación del poeta a las tradiciones españolas "ofreciendo un raro ejemplo de verdad y coherencia poética".

Viajaba en tren desde León a Madrid para realizar una lectura de sus poemas en la entrega del XIV Premio Reina Sofía a Juan Gelman, junto a José Manuel Caballero Bonald y Jorge Boccanera, cuando recibió la primera de las llamadas telefónicas en la que se le comunicaba que había sido galardonado en la 15ª edición del citado premio. "Creo que es al conjunto de mi obra, pero todas las conversaciones se cortaban por la mala cobertura y no he oído muy bien", comentaba mientras avanzaba en el trayecto. "Soy un hombre que no se agita mucho por las cosas, pero estoy halagado porque este premio lo tienen los grandes poetas. Pero yo soy un provinciano, dicho de manera suave, un señor mayor, un viejo al que este premio le pilla con preocupaciones, que no son muy poéticas". Recibía la noticia y seguía enfrascado en la tarea que se había impuesto mientras viajaba: corregir las conferencias que ha ido pronunciando y que van a ser publicadas en breve. "Las tenía sólo grabadas y ahora me las han mecanografiado y estoy llenando las hojas de tachaduras".

El jurado destaca de Gamoneda que se trata de un poeta ajeno a las habituales clasificaciones generacionales y que "su obra poderosa atraviesa el último tercio del siglo XX y penetra con profundidad y hondura inigualables en las incertidumbres que se abren en la más absoluta actualidad". Añade que el trabajo del escritor ofrece "una visión del mundo en la que se podrá reconocer las señas explícitas de una tradición escondida, profundamente asociada a la tierra y a la construcción de la vivencia". Recuerda que desde Descripción de la mentira (1977) hasta Cecilia (2004), "el testimonio de energía de pensamiento y de vinculación a las tradiciones españolas ha sido constante, ofreciendo un raro ejemplo de coherencia y de verdad poética".

Gamoneda, una de las voces más profundas y peculiares del panorama literario español, habla de lo que es para él la poesía. "Silencio, soledad y una hoja en blanco. Es entonces cuando se produce la gran pasión por la escritura y se manifiesta el pensamiento poético. La alegría aparece simultáneamente con el sufrimiento, y eso tiene más importancia que los premios aunque éstos resulten gratos". El autor habla del dolor que produce la poesía durante el proceso creativo. "La poesía no es exactamente literatura de ficción, sino que es una emanación de naturaleza existencial y expresa el sufrimiento y el gozo".

El poeta, apunta Gamoneda, se desnuda íntegramente cuando escribe y padece "un sufrimiento placentero. La lectura de Coplas a la muerte de su padre, de Manrique, es el poema más desolador de la historia de la literatura y, sin embargo, ello te deja un cierto placer".

Habla de lo que para él es la vida, "algo en lo que uno aparece inexplicablemente y desaparece con miedo. Desde la existencia, la inexistencia provoca miedo". El autor de Libro de frío reconoce tener miedo a la muerte, al tiempo que asume que escribir sobre ella "es bastante liberador. No es una salvación, pero se le acerca bastante".

Memorias

Está ahora enfrascado en la prosa y ha abandonado momentáneamente la poesía porque está preparando sus memorias. "Estoy metido en la memoria de mi infancia, que llega hasta los 14 años". Una infancia dura marcada por la muerte de su padre cuando tenía tres años, su marcha de Oviedo a León, la pérdida de la guerra y las dificultades económicas. "No es un viaje de recuerdos fáciles, porque van aflorando de una manera que yo jamás hubiese imaginado. Aparecen ante mí imágenes olvidadas de mi existencia que quiero reflejar con palabras".

El Premio Reina Sofía, convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, está dotado con 41.100 euros y conlleva un diploma y la edición de un poemario antológico del galardonado, con un estudio y notas a cargo de un destacado profesor de Literatura de la Universidad de Salamanca.

El jurado estaba compuesto, entre otros, por Enrique Battaner, José Saramago, Juan Gelman, Rosa Regàs, Luis María Anson, Josefina Aldecoa, Anna Caballé, Humberto López Morales y Eva Guerrero.

Antonio Gamoneda, ayer en Madrid, junto a un músico callejero.
Antonio Gamoneda, ayer en Madrid, junto a un músico callejero.CRISTÓBAL MANUEL
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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