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La voz quebrada de Gallardón

El regidor se emocionó al presentar su retrato de presidente regional

Soledad Alcaide

Durante su mandato como presidente de la Comunidad de Madrid, el hoy alcalde Alberto Ruiz-Gallardón recuperó para la región una tradición que mantienen las altas instituciones del Estado: encargó el retrato de su predecesor, el socialista Joaquín Leguina -primer presidente regional-, y lo colgó en el Salón Canalejas de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia.

Según relató Gallardón ayer, recibió entonces muchas críticas, en gran parte de su propio partido, pero la razón devolvió con el tiempo las cosas a su cauce. "La memoria no se debe borrar, sino que debe estar presente. Y teniendo en cuenta la memoria que dejaba mi predecesor, ganábamos todos", afirmó.

Tras dos años de trabajos del pintor Hernán Cortés, Gallardón fue ayer el beneficiario de su iniciativa... y descubrió su propio retrato en la misma sala. Fue un acto a mayor gloria del PP, pues acudió una nutrida representación de los concejales y diputados de esa formación política, y ningún representante de la oposición.

El alcalde agradeció su apoyo "a un puñado de hombres y mujeres que alcanzaron un sueño"

Ni los ediles ni los diputados del PSOE y de IU habían sido invitados. Sí estaba prevista la asistencia del otro retratado, Joaquín Leguina, aunque excusó su ausencia por razones de salud, según explicó la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre.

Gallardón, acompañado de su esposa, Mar Utrera, y dos de sus hijos, Íñigo y Pepe, reconoció sentirse bien reflejado en el cuadro firmado por Hernán Cortés, que lo muestra vestido con traje de chaqueta gris, camisa y corbata azul, sobre fondo gris claro.

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"Me ha pintado de frente y con las manos en los bolsillos. Lo primero lo agradezco", reflexionó el alcalde, flanqueado por la plana mayor de su partido. A su derecha, la presidenta de la Comunidad y la de la Asamblea regional, Concepción Dancausa. A su izquierda, y a continuación de su familia, el vicealcalde Manuel Cobo; el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, y el vicepresidente regional, Ignacio González. "Refleja claridad y, creo que también, sinceridad, y una disposición a encontrarte con lo que en la vida puede salirte al encuentro", consideró Gallardón.

No le gustó tanto al ex presidente lo que representa el gesto de tener las manos en los bolsillos. "Reconozco que es un gesto mío, pero refleja una ficción, una actitud engañosamente tranquila. Lo que hay dentro es nervio y unas ganas de estar no donde se está, sino más adelante todavía, de estar pensando en algo que viene después y por supuesto de estar convocando para algo que viene después", prosiguió.

En un discurso en el que no olvidó su tendencia a las citas -en esta ocasión fueron del periodista polaco Ryszard Kapuscinski y del poeta estadounidense Walt Whitman-, Gallardón quiso agradecer a "un puñado de hombres y mujeres que supieron alcanzar un sueño" su apoyo durante los ocho años al frente de la Comunidad, entre 1995 y 2003. "Sois vosotros los que os debéis sentir retratados", les dijo.

Después, con la voz quebrada por la emoción y los ojos acuosos, afirmó: "No sabía cómo daros las gracias, y por eso he decidido recurrir a los poetas". Y leyó un poema de Whitman, que dedicó a su equipo: "Nosotros, discípulos espontáneos de todos, nos demoramos un poco en todos los pueblos y en todas las ciudades, nos sometemos a prueba e invitamos a los hombres y mujeres a que nos escuchen. Nos decimos: recordad, no temáis, sed sinceros. Demoraos un rato, sed sobrios, magnéticos, pero sobre todo que lo que ofrezcáis vuelva, como vuelven las estaciones, y que sea como ellas".

Tras la intervención del alcalde, la presidenta Aguirre agradeció a Gallardón haber creado "las condiciones necesarias para que Madrid se haya convertido en lo que hoy es, una región más dinámica y más abierta", y le auguró "toda clase de éxitos como alcalde".

Terminado el acto, los dos compañeros de partido, que han sido protagonistas de un variopinto catálogo de desencuentros desde hace años, se fundieron en un abrazo.

Pintor de altos cargos

"Un cuadro debe aspirar a ser una fuerte presencia silenciosa en la pared, más que a una rápida llamada". Con estas palabras describió ayer el pintor Hernán Cortés cuál había sido su intención al retratar al ex presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Cortés explicó que no es el primer político que retrata. "Me he convertido en uno de los pintores de cámara", afirmó, tras recordar que fue el encargado de terminar el retrato de Esperanza Aguirre cuando dejó el Ministerio de Educación y Cultura.

"Comienzas pintando al representante de una institución", rememoró Cortés. "Durante un tiempo vas descubriendo cosas y, al final, te das cuenta de que firmas el retrato de un amigo".

Sus palabras eran seguidas por colaboradores de Gallardón en la Comunidad de Madrid, algunos de ellos hoy miembros de su equipo de gobierno municipal -del que no faltó ni un edil-; otros, situados hoy en otras ocupaciones dentro de su propio partido, como Pío García-Escudero, Antonio Beteta, Luis Eduardo Cortés, Carlos Mayor Oreja, Luis Blázquez, José Ignacio Echániz y Jesús Pedroche.

Pero también su predecesor en la alcaldía, José María Álvarez del Manzano, y miembros del Gobierno regional actual, como María Dolores de Cospedal (Transportes) y Beatriz Elorriaga (Asuntos Sociales).

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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