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Última sesión para tres concejales

Blanca Cia

Tener la doble condición de consejero de Cultura del Gobierno catalán y concejal de la misma área del Ayuntamiento de Barcelona no es nada habitual. Ferran Mascarell representaba ayer esa dualidad en el que fue su último plenario del Ayuntamiento. Llegó, se sentó al inicio de la sesión, se ausentó para atender otras obligaciones derivadas del otro lado de la plaza de Sant Jaume y regresó para presentar formalmente su renuncia. Sin prisa pero sin pausa.

Mascarell y las concejales Núria Carrera y Marina Subirats se despidieron ayer del Ayuntamiento de Barcelona, que no vivía una sesión de despedida desde la renuncia de Joaquim Molins (CiU) en marzo de 2001.

Tal vez por eso, la de ayer fue una sesión cálida, con pocos rifirrafes entre gobierno y oposición. Fue un adiós con reconocimientos mutuos, palabras de agradecimiento de los salientes al resto del plenario y al revés. En eso no hubo ni oposición ni gobierno. Salvo alguna alusión a las pugnas -siempre en tono más bien contenido- entre Mascarell, como portavoz del gobierno municipal, y los grupos de CiU y el PP. Xavier Trias (CiU) comentó, por ejemplo, que siempre le había sorprendido la "dureza" de las notas de réplica de Mascarell, que no usa ese tono cuando habla.

Los tres adioses

El más político en su discurso de despedida fue Mascarell (regidor desde 1999), que defendió la buena política y subrayó que es en los ayuntamientos donde se aprende de cerca "porque se ven las caras con nombres y apellidos". Reivindicó los aspectos más positivos del modelo Barcelona: "una manera de pensar la ciudad, de cooperar con la sociedad civil, de acoger ideas nuevas y de combinarlas con las tradiciones". Y cerró su dircurso recordando la letra de una rumba de Gato Pérez sobre la diversidad y la fecunda Barcelona.

Núria Carrera se refirió más a su continuidad en el trabajo con las personas, al que seguirá vinculada en su nueva función dentro del área de Salud de la Generalitat. Fue Marina Subirats, que regresa a la Universidad, pero en tareas de investigación, la más espontánea y, pese a tener un discurso escrito, se refirió al asombro que le habría causado hace años si alguien le hubiera dicho que sería regidora del Ayuntamiento de Barcelona, "sobre todo en aquellos tiempos, en los que la política estaba vetada a determinadas ideas y orígenes", dijo.

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Fue una ceremonia sobria, como lo son todas en el consistorio, pero en la que hubo aplausos de ambos lados del salón al término de cada discurso. El último en hablar fue el alcalde, que, tras de agradecer la dedicación y el esfuerzo de los ediles salientes -a Mascarell le reconoció ser el "padre" del ambicioso plan de bibliotecas-, no pasó por alto las pullas que le lanzó Alberto Fernández Díaz (PP) a propósito de los cambios que se introducen en el PSC: "No me lance más dardos como a San Sebastián... yo ya comprendo que es su trabajo y que es duro". Por una vez, el líder del PP no replicó. Lo dicho, ayer fue un pleno más bien cálido.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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