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El biólogo Delibes advierte que conservar la naturaleza es una necesidad humana y no una cuestión de ética

"Nosotros necesitamos una tierra sana, no es ella quien nos necesita", advirtió Miguel Delibes, biólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la conferencia ¿Por qué debemos conservar la naturaleza?, celebrada ayer en el auditorio del Jardín Botánico de Valencia.

Para Delibes, caemos en un error cada vez que consideramos la destrucción de un bosque o de una especie como un mal menor o una pérdida irremediable en beneficio del hombre. "No se trata sólo de ser éticos. Cualquier desastre medioambiental tiene o va a tener víctimas humanas a la larga. Además, la acción de los países del norte puede tener consecuencias directas en los del sur", aseguró el científico. A modo de ejemplo, se refirió al desastre recientemente acontecido en Filipinas, donde un desprendimiento de tierra causó entre 2.000 y 3.000 muertos. "Eran víctimas de la deforestación que este país ha sufrido en los últimos 300 años. Actualmente, el bosque filipino sólo supone un 2,5% de la superficie que significaba tres siglos atrás", afirmó. La explicación, según Delibes, es muy simple: las raíces de los árboles fortalecen el suelo evitando la erosión y las avalanchas y durante una tormenta actúan como una capa protectora ante los fuertes azotes del agua. Esta función protectora forma parte de lo que el biólogo llama "servicios ecosistémicos" del medio ambiente, es decir, de los beneficios indirectos que las personas obtenemos del buen funcionamiento de los ecosistemas. "Esta no es la única razón que debería convencernos de la necesidad de conservar y cuidar el medio ambiente. El consumo directo de productos naturales es otra de ellas". La caza de animales silvestres aún aporta gran parte de las proteínas animales consumidas en muchos países en vías de desarrollo. En Zaire, la cifra alcanza el 75%.

En tercer lugar, recordó que los 20 fármacos más vendidos en Estados Unidos se obtuvieron originalmente de especies silvestres. "Si no conservamos el medio reduciremos la posibilidad de poder encontrar nuevos remedios para las nuevas enfermedades", advirtió el ponente.

Por último, Delibes se refirió a la influencia que tiene un paisaje en el estado de ánimo y en la conducta humana. "Una bonita puesta de sol nos hace felices, eso explica que la naturaleza se haya convertido en un negocio".

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