Música para enloquecer

Tomatito hizo su música. Una serie de temas, casi todos rápidos, en que apenas hubo melodía en su guitarra, y sí mucho compás de acompañamiento. La melodía estaba en el bajo y el violín, sobre todo en el violín. Así, el grupo sonó con fuerza, rotundamente, en piezas bastante parecidas unas a otras, que es lo preciso para que la audiencia enloquezca.

Diego Amador puso también la voz en un par de ocasiones, y Rafael de Carmen bailó unas larguísimas bulerías por soleá con las que igualmente hizo enloquecer al público.

Por delante habían cantado Encarnita Anillo y Pitingo. Ella, una voz de tonos medios muy hermosa, se explayó por alegrías, la nana, bulerías... Es cantaora al estilo clásico, que pretende innovar poco, pero su cante es muy grato de oír. En las bulerías, puesta en pie y dando unos pasitos de baile, arrancó del respetable verdaderas ovaciones.

Pitingo estuvo muy bien en los cantes clásicos -soleá, granaína-, pero cuando abordó temas de su próximo disco ya me pareció que no estaba acertando, ni mucho menos. Los tangos, las bulerías. Cantes que dicen poco al oyente, que desearía seguir oyendo al Pitingo anterior.