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Reportaje:

Naturaleza en estado puro

El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici conmemora los 50 años de la declaración de espacio protegido

El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, el único que hay en Cataluña de estas características, cumplió ayer 50 años. La localidad de Espot (Pallars Sobirà), una de las dos entradas principales del parque -la otra está en Boí (Alta Ribagorça)-, se vistió con las mejores galas para celebrar la fiesta de aniversario, que estuvo apadrinada por los Príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. "Nadie puede dudar que éste sea uno de los mejores parques nacionales que existen en España. Estamos ante una maravilla de la geología, de la vegetación y de la fauna", dijo el príncipe Felipe en su discurso.

Este territorio de belleza singular fue declarado parque nacional el 21 de octubre de 1955 por un decreto de Franco, tras quedar éste prendado por las maravillas naturales de un lugar entonces casi inaccesible al que solía acudir para practicar dos de sus pasatiempos preferidos: la caza y la pesca. En esa época se construyeron algunas de las pistas que hoy sirven para llevar a miles de visitantes al corazón del parque.

Fue el quinto parque nacional creado en España y el segundo de los Pirineos, después del de Ordesa (Huesca). Su extensión inicial fue de 9.851 hectáreas y ahora, medio siglo después, aspira a ampliar en un 25 % su superficie, que es de 40.852 hectáreas, de las cuales 14.119 corresponden al núcleo de máxima protección.

El cumpleaños del parque ha sido un acto meramente administrativo, pero en realidad la antigüedad de los numerosos encantos naturales que atesora es infinitivamente mayor. Sus paisajes típicos de alta montaña, sus formaciones rocosas espectaculares, sus riachuelos caudalosos, sus más de 200 lagos de aguas cristalinas y su rica fauna y flora son una muestra magnífica de la acción de los glaciares del cuaternario sobre granitos y pizarras.

El parque de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, situado entre las comarcas de Alta Ribagorça, Pallars Sobirà, Pallars Jussà y Val d'Aran, es uno de los principales atractivos turísticos de Pirineo catalán, con un número de visitantes que va cada año en aumento y que ha obligado a los responsables del parque a arbitrar medidas para evitar la masificación y garantizar la protección del ecosistema. Dentro de sus límites hay unas 1.400 especies vegetales, 192 especies diferentes de vertebrados (las dos terceras partes son aves) y más de 40 especies de mamíferos. Las formaciones boscosas son bastante representativas: pino negro, abeto, pino silvestre, abedul y haya, mientras que de su rica fauna destacan animales como el rebeco, el corzo, el jabalí, la marmota, el urogallo, el buitre, la perdiz blanca, el águila dorada, el quebrantahuesos y el tritón pirenaico.

De momento, la gran afluencia de visitantes no está causando problemas medioambientales importantes en el núcleo principal del parque, que, a juicio de sus responsables, goza de una inmejorable salud. A ello ha contribuido la decisión de restringir el acceso de coches privados. Los dos accesos habituales al parque están situados en Espot y Boí, donde hay una flota de vehículos todoterreno que trasladan a los turistas hasta el corazón del parque, que siempre ha tenido una relación muy estrecha con la población del territorio. En el parque están totalmente prohibidas la caza, la pesca y la acampada libre. En cambio, la ganadería siempre se ha considerado beneficiosa para la conservación de sus ecosistemas, excepto en determinadas zonas. Tal vez por ello, como indicó ayer el Príncipe Felipe, en Aigüestortes i Estany de Sant Maurici "la conservación ha ganado la apuesta".

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