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El futuro de Euskadi

El Ejecutivo confía en un cese total de la violencia

El PSOE evitará las críticas a Rajoy, que pedirá en la reunión con Zapatero "la derrota de ETA"

El Gobierno interpreta que el comunicado de ETA donde declara un "alto el fuego permanente" garantiza el cese total de la violencia por parte de la banda terrorista, a diferencia de las treguas declaradas en 1988 y 1998, donde se reservaban la posibilidad de continuar con sus acciones. Ante la próxima reunión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero con Mariano Rajoy, los socialistas han decidido evitar cualquier crítica al líder del PP para favorecer un buen clima previo a ese encuentro. Rajoy también ha decidido atemperar su discurso hasta oír qué tiene que decirle el presidente. Eso sí, le pedirá garantías de que el Estado de derecho no va a declarar ningún "alto el fuego" a ETA y le ofrecerá "todo su apoyo si es para derrotar a la banda".

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No se escucharán palabras altisonantes de los dirigentes del PSOE hacia el líder del PP, Mariano Rajoy, en el ánimo de que la reunión del próximo martes con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se produzca en el mejor de los climas posibles. Los socialistas creen que las presiones que va a sufrir Rajoy van a ser muy fuertes de quienes, dentro del PP, se oponen frontalmente a cualquier colaboración con el Gobierno.

"Queremos ayudar a Mariano Rajoy y no dar argumentos a quienes se oponen a que colabore con el Gobierno", señalaron fuentes socialistas para explicar que no responderán a las descalificaciones. No obstante, hicieron alguna excepción con el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, a quien sí rebatieron algunos de sus argumentos.

Los socialistas albergan la esperanza de que el martes la actitud de Rajoy sea, al menos, de cierta disposición al diálogo, toda vez que apreciaron cierto matiz entre su primera y segunda intervención el miércoles, con dos horas de diferencia, sobre "las condiciones" para acceder a esa colaboración con el Gobierno. Estos interlocutores aseguran que el Gobierno seguirá adelante con su proyecto de verificar si las intenciones de ETA de abandonar la violencia son ciertas, aunque el PP no colabore. No obstante, desean "sinceramente" caminar juntos. Así lo señaló ayer el portavoz parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. "La sociedad quiere vernos juntos, al PP y al PSOE y al Gobierno".

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"No hay plazos"

Después del anuncio de la banda terrorista, los dirigentes socialistas continúan en la estrategia de pedir calma. "No hay plazos, salvo para las conversaciones con las fuerzas políticas". Primero, con Rajoy, después con el presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, y a continuación, una ronda con todos los grupos parlamentarios.

¿Hay hoja de ruta a partir de ahora? Rubalcaba aseguró que todo lo que tenía que pasar, en un primer momento, está contenido en la declaración aprobada en mayo del pasado año en el Congreso de los Diputados. "Esa resolución es la hoja de ruta y se dice claramente que ETA tiene que demostrar signos inequívocos de que abandona la violencia". Rubalcaba consideró igualmente "violencia", no sólo las bombas, sino las extorsiones y los chantajes.

Durante su comparecencia en el Congreso, el portavoz socialista definió, sonriendo, la actitud de los dirigentes del PP. "Una especie de 'sí pero no', ya veremos, llenos de recelo... ¿Han visto las caras y los gestos de los dirigentes del PP? Tan serios, tan tristes... Por favor, sonrían, estamos ante un momento de esperanza, de alegría para mucha gente, que quiere ver al PP y al PSOE juntos en esto", opinó.

De "delirio" calificó Rubalcaba, aunque sonriente, la vinculación que había hecho Jaime Mayor Oreja sobre el momento del anuncio de ETA y la aprobación en la Comisión Constitucional del Congreso del Estatuto de Cataluña.

Palabras altisonantes tampoco va a haber en el PP, al menos, hasta que se produzca la reunión en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y Rajoy. Ayer ya hubo una considerable contención y una oferta clara del líder del PP en apoyar al Gobierno siempre que ese respaldo sirva para "derrotar a ETA".

Rajoy contará con el apoyo implícito de la CEOE, que ayer hizo público un comunicado en el que afirma que "es necesario que, bajo ningún concepto, se admita el pago de ningún precio político, ni de otro tipo, por el final del terrorismo". La CEOE añade que "cualquier medida que se adopte ha de mantener un escrupuloso respeto a la memoria y dignidad de las víctimas".

El propio Rajoy resumió su posición en estos términos: "En terrorismo yo presto apoyo al Gobierno para que acabe con la banda terrorista ETA porque creo que eso es lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles. Y que lo haga sin que el Estado de derecho se declare en tregua, sin que se pague un precio político y sin humillar a las víctimas".

Ésa será la posición que el líder popular llevará el martes a su reunión con Zapatero. Le dirá que el PP está dispuesto a ayudarle siempre que el objetivo sea "derrotar a ETA" y siempre que "se cumpla con los principios del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo".

Rajoy esperará el martes a ver qué tipo de respaldo espera Zapatero del PP. No le negará apoyo si el presidente pide "explorar" si ETA está dispuesta a abandonar definitiva e irreversiblemente sus actividades terroristas, entre las que se incluyen la extorsión a los empresarios y la denominada kale borroka. Sí se la negará si se trata apoyar una negociación en los términos recogidos en el comunicado de ETA.

El PP tampoco aceptará "sentarse en ninguna mesa con una organización terrorista como Batasuna". Rajoy le dirá a Zapatero que "esas mesas que pretende Batasuna, una política para hablar de un plan Ibarretxe-bis y otra mesa para hablar de los presos de ETA, son un precio político por la paz" y a eso no va a prestar su ayuda. Le dirá, según fuentes de la dirección del PP, que "las conversaciones políticas deben hacerse en el Parlamento vasco y en el Congreso de los Diputados", que "el Estado de derecho no debe declarar ninguna tregua" y que Batasuna "debe saber que la Ley de Partidos está plenamente vigente".

A partir de esa convicción de que "el Estado de derecho no está en tregua", tanto Rajoy como Eduardo Zaplana, su portavoz en el Congreso, criticaron ayer duramente al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, porque el miércoles opinó que jueces y fiscales debían tener en cuenta la nueva situación creada por ETA a la hora de dictar medidas cautelares. De "auténtico disparate" calificó Rajoy esta opinión de Conde-Pumpido. Zaplana anunció que su grupo le pide que comparezca en el Congreso para explicar ese punto de vista. "La persona encargada de exigir el cumplimiento de la ley es precisamente quien está incitando a que no se cumpla la ley", proclamó Zaplana. "Me parece escandaloso", apostilló.

Desde el PSOE, Rubalcaba le defendió con la Constitución en la mano. Leyó el artículo 124 sobre las atribuciones del fiscal y se detuvo en el párrafo que señala la obligación de éste de "defender ante los tribunales la satisfacción del bien general". A su juicio, esto es que lo hace Conde-Pumpido "todos los días". No le defendió, sin embargo, el ministro de Defensa, José Bono.

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