Una comparación
El pasado día 11 de febrero, EL PAÍS publicó dos noticias relativas a dos asuntos de sanciones administrativas sobre conductas incívicas (aunque una más peligrosa que otra): una, la de la página 23, informaba de un conductor que viajaba a 260 kilómetros por hora en la carretera A-231. Conducía un Audi A8, un coche cuyo precio oscila entre los 80.000 y los 95.000 euros, indicativo del nivel de vida y clase social del conductor (suponiendo que fuera éste su propietario), y al que probablemente le impondrán un par de multas de 600 euros como máximo.
La otra noticia, la de la página 27, informaba de que la Barcelona del civismo posmoderno y de las "familias normales" (en palabras de su ilustre alcalde) había impuesto, en cumplimiento de su ordenanza cívica (?), multas de hasta 3.000 euros a algunas de sus prostitutas que trabajaban en la calle.
Si las comparaciones como éstas resultan odiosas para los biempensantes o demagógicas para nuestros políticos gobernantes, entonces me callo y les ruego que olviden lo dicho y a otra cosa, mariposa.
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