Vargas Llosa y la actriz Aitana Sánchez-Gijón fusionan pasión, literatura y teatro
El escritor Mario Vargas Llosa no cree padecer el síndrome del gladiador, por el cual se sucumbe al poder irresistible de un escenario. Pero afirma haber conocido el pánico escénico con La verdad de las mentiras y de la mano de la actriz Aitana Sánchez-Gijón. Una propuesta escénica que fusiona teatro y literatura y que a partir de mañana y hasta el domingo se representará en el Teatro Español de Madrid. Lo que parece claro es que el veneno del teatro le ha picado al escritor peruano, ya que en verano tiene previsto enfrentarse al mítico Teatro Romano de Mérida con La Odisea, "leída y contada" con su partenaire actoral y con puesta en escena del que hasta ahora es su único director teatral: Joan Ollé.
Después de llevar décadas arengando, desde foros íntimos hasta plazas públicas, Vargas Llosa ha conocido "una experiencia aterradora, en la que todo es pánico... Es muy interesante el miedo escénico y muy excitante", dice el autor, que en mayo publicará su nueva novela, Travesuras de la niña mala.
Su compañera de reparto comenta de él que tiene la seguridad y el dominio del actor experimentado, y Joan Ollé afirma que Vargas Llosa sabe de qué color es la ropa interior de los personajes de los cuentos que leen e interpretan ambos, escogidos entre textos de Francisco Ayala, William Faulkner, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti.
El origen de La verdad de las mentiras está en un montaje que Vargas Llosa vio al escritor Alessandro Baricco y en la tentación de hacer algo similar. El año pasado aquella idea pudo verse sobre un escenario en Barcelona y posteriormente en Guadalajara (México). Ahora llega al Teatro Español este "homenaje a la literatura, al teatro y a un puñado de grandes escritores que nos cautivaron con la maestría de sus relatos", dice el escritor sobre el espectáculo, que también viajará a Latinoamérica y que se basa en el texto homónimo del autor, publicado en 1990
(y ampliado en la edición de 2002).
