"Una estafa premeditada"

Unos 1.500 aficionados del Valencia se reunieron anoche en los alrededores de Mestalla para presenciar el resto del encuentro en una pantalla gigante instalada por una emisora radiofónica en la Plaza de la Afición. Muchos seguidores siguieron la rutina tradicional de un encuentro normal. Acudieron al campo con bufandas, banderas y la cena preparada en una bolsa. Sólo que no accedieron al recinto, sino que permanecieron a unos 50 metros de la entrada, frente a una pantalla instalada a última hora sin el consentimiento del club, que prefería evitar concentraciones de aficionados en previsión de posibles incidentes.

La música animó la espera a los seguidores, que lanzaron petardos en un ambiente festivo. Quien no lo entendió así fue de nuevo el presidente del Valencia, Juan Soler, que realizó unas duras declaraciones media hora antes del partido. "Estoy seguro de que el Deportivo irá por el aire, y que si pasamos, el Espanyol irá por el aire, y luego el rival en la final también irá por el aire. El que quiera que lo entienda, y el que no, que se joda", dijo Soler sin ningún pudor a la televisión valenciana. Horas antes, el Valencia había emitido un comunicado en el que aseguraba que "nunca" había utilizado "la violencia verbal como mecanismo estratégico para afrontar un partido" y reclamaba "civismo" a los aficionados. Los directivos y jugadores guardaron silencio durante los días previos ante las acusaciones del Deportivo de haber calentado el partido de Mestalla suspendido por la agresión a un asistente. No así Soler, que volvió a abrir la caja de los truenos. Y ello antes de que el Valencia visite el sábado Riazor en la Liga. El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, pidió ayer un ambiente sin violencia para recibir al Valencia. "Queremos que la afición anime al equipo, pero con el máximo de deportividad", dijo.

El Deportivo entró a Mestalla por una de las puertas traseras del estadio, increpado por una treintena de seguidores del Valencia. El dispositivo policial, según las fuerzas de seguridad, fue "el mismo" que en un encuentro normal, pero sin apenas cortes de tráfico.