Bono reprocha a Rajoy que diese argumentos para justificar la indisciplina del general Mena

Aunque no figuraba en el orden del día, el discurso del general José Mena, destituido por insinuar una intervención del Ejército si el Estatuto de Cataluña desbordara los límites de la Constitución, se coló ayer en la sesión extraordinaria de la Comisión de Defensa del Congreso. En un bronco debate con los diputados del PP, el ministro José Bono reprochó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, que diese argumentos a quienes justifican la indisciplina del teniente general al preguntarse retóricamente: "¿Qué ha ocurrido para que los militares hayan tenido que hacer estas declaraciones?"

Bono advirtió que, con estas palabras, Rajoy daba a entender que el discurso del general Mena era inevitable, como había hecho aunque luego rectificara el propio portavoz del PP, Gabriel Elorriaga. A su juicio, este tipo de declaraciones, que rompen la neutralidad política de los militares, no sólo no son inevitables sino que no deben hacerse nunca, so pena de provocar en la prensa internacional editoriales tan ruborizantes como el de ayer en The New York Times.

La Diputación Permanente del Congreso debatirá esta tarde la petición del PP de celebrar un pleno urgente para que el jefe del Gobierno explique las últimas declaraciones de militares. Desde esta mañana, estará reunido también el Consejo Superior del Ejército, por vez primera desde el arresto de Mena.

Bono, que probablemente acudirá a la reunión para departir con los tenientes generales en activo, compareció ayer ante la Comisión de Defensa para hablar de los ataques que sufrieron las tropas españolas en Irak y de la supuesta participación en operaciones de guerra de la fragata española Álvaro de Bazán, integrada en el grupo de combate del el portaaviones estadounidense Theodore Roosevelt.

El caso Mena se coló, sin embargo, en el debate cuando el PP acusó a Bono de desgobierno por el goteo de sanciones disciplinarias a militares. "Ninguna corporación aventaja a las Fuerzas Armadas en puntualidad constitucional", dijo el ministro, pese a reconocer que "es verdad que hay excepciones, pero son muy pocas, aunque se quieran traer al debate político".

Duelo de descalificaciones

"Cuantas faltas se produzcan serán corregidas, no estoy dispuesto a disimularlas", agregó, tras asegurar que "también los militares padecieron en gran medida la dictadura" y que "el hecho de que el dictador fuera militar no autoriza a pensar que los militares sean herederos de Franco". Sin embargo, no fueron las alusiones a Mena las que provocaron el duelo dialéctico de descalificaciones entre Bono y los portavoces del Grupo Popular, Fernando López Amor, y Arsenio Fernández de Mesa, sino los dos asuntos relacionados con la guerra de Irak.

En el fondo, ambos giraban sobre lo mismo: el PP quería demostrar que el Gobierno del PSOE ha engañado a los ciudadanos al ocultar la participación de la Álvaro de Bazán en operaciones bélicas contra Irak; y el PSOE, que el Gobierno del PP mintió al decir que las tropas españolas iban a Irak en misión humanitaria.

Los diputados del PP tildaron a Bono con epítetos tales como "mentiroso" y "payaso", mientras que éste recordó a Fernández de Mesa su papel como delegado del Gobierno en Galicia durante la catástrofe del Prestige.

Para rabatir las acusaciones del PP, sobre el papel jugado por la Álvaro de Bazán, durante su despliegue en el golfo Pérsico, en otoño pasado Bono repartió dos documentos. El primero era una carta del jefe del Estado Mayor de la Armada, Sebastián Zaragoza, quien le acompañó ayer al Congreso, en la que califica de "absoluta falsedad" las noticias según las cuales había colaborado o dado apoyo a los ataques contra Irak.

El segundo documento era el mensaje transmitido por Zaragoza al comandante del grupo de combate estadounidense, en septiembre pasado, en el que le advertía de que la fragata española no podría "llevar a cabo ningún cometido que pueda implicar su participación en las operaciones Libertad Duradera o Libertad Iraquí".

Fernández de Mesa -quien, para sorpresa de los taquígrafos, leyó un texto en inglés de la página web de la Navy-, dijo que su grupo no se oponía a la misión de la Álvaro de Bazán, sino al "oscurantismo" del Gobierno.

Bono le reprochó que felicitara al jefe de la Armada y, sin embargo, pusiera en duda sus palabras y reveló que fue su antecesor, Federico Trillo, quien aprobó en noviembre de 2004 un "despliegue operativo" de la fragata que él redujo a "adiestramiento avanzado".

Para hablar sobre los combates en los que se vieron implicadas las tropas españolas en Irak, el ministro se basó también en un informe del Estado Mayor de la Defensa. Según el mismo, entre agosto de 2003 y mayo de 2004 se produjeron "aproximadamente 90 incidentes de cierta importancia, que ocasionaron enfrentamientos entre fuerzas españolas y fuerzas hostiles". La gran mayoría, unos 80, se produjeron tras la revuelta de los radicales chiíes, el 4 de abril. Estos incidentes dejaron de diez muertos (nueves españoles) y 29 heridos (18 españoles) entre los efectivos de la brigada dirigida por España, así como 10 fallecidos y 21 heridos entre los insurgentes iraquíes.