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Interceptado un barco con 237 inmigrantes en Cabo Verde con destino a Canarias

Los pasajeros del pesquero averiado habían pagado entre 1.000 y 1.500 euros por la travesía

La policía de Cabo Verde interceptó ayer el buque pesquero Florence, con bandera de Senegal, en el puerto de Palmeira, en la isla de Sal, cuando en su interior se encontraban 237 subsaharianos que pretendían llegar a las islas Canarias, según informó el Ministerio del Interior español. Los inmigrantes, ciudadanos de Malí, Senegal, Guinea-Bissau, Guinea Conakry, Ghana, Nigeria y Sierra Leona, relataron a las autoridades caboverdianas que habían pagado entre 1.000 y 1.500 euros cada uno por el pasaje.

Las autoridades de España, Senegal y Cabo Verde comenzaron a seguir el rastro del Florence a raíz de que la policía española recibiese una información el pasado julio de que un tal Richard, traficante de inmigrantes y dueño del barco, estaba preparando un viaje a Canarias desde Senegal y Cabo Verde. Tras ser visto en el puerto de la capital senegalesa, Dakar, el buque fue interceptado en el archipiélago el 4 de septiembre, con 10 inmigrantes a bordo, cuando presuntamente recogía a otras personas en islas cercanas a la isla Brava. Según Interior, el barco había zarpado el pasado día 27 hacia Canarias pero tuvo que regresar a Cabo Verde por alguna avería, que hasta ayer le habría mantenido amarrado en puerto.

Sin embargo, uno de los pasajeros del Florence relató ayer a Rádio Cabo Verde que el barco partió de la isla de San Vicente el 27 de diciembre con destino a las islas Canarias, pero fue obligado a regresar a puerto por los propios inmigrantes. Después de algunos días de travesía, los pasajeros se amotinaron al comprobar que no había comida suficiente a bordo para alimentarlos durante el viaje. "Pedimos comida y él [el capitán] dijo que no teníamos derecho a comida", explicó un inmigrante natural de Guinea-Bissau, que añadió que cuando vieron que ya no podían "aguantar el hambre" obligaron a la tripulación a volver a Cabo Verde.

El capitán del Florence, un caboverdiano residente en Senegal, y siete miembros de la tripulación, todos procedentes de Ghana, están detenidos; pero todos los pasajeros fueron liberados ayer mismo.

A las islas más occidentales de Canarias han comenzado a llegar de forma constante canoas senegalesas y mauritanas con una treintena de subsaharianos en su interior. El buen estado de salud de estas personas llegadas a las costas de La Palma, El Hierro, La Gomera y sur de Tenerife, ha levantado las sospechas de que vengan remolcados por embarcaciones de mayor calado y sus tripulaciones, en alta mar, les indiquen cómo alcanzar la costa en sus últimas millas.

La policía de Cabo Verde investiga ahora las denuncias hechas por algunos pasajeros según las cuales un bote que transportaba pasajeros desde tierra al Florence se habría hundido con varias personas a bordo. Éste es el segundo caso de tentativa de emigración clandestina a gran escala detectado en Cabo Verde en siete meses. En mayo pasado, las autoridades interceptaron en la isla de Santiago el barco Jon Kabafumo cuando se preparaba para partir para las Canarias con más de 100 pasajeros.

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