El Supremo confirma la legalidad de la Fundación Saura
La Sucesión Antonio Saura manifestó ayer, a través de Olivier Weber-Caflisch, albacea testamentario del artista, su oposición a la sentencia del Tribunal Supremo que confirma la legalidad formal de la inscripción de una fundación que lleva el nombre de Antonio Saura (1930-1998). Su viuda, Mercedes Beldarraín, y su hija, Marina Saura, recuerdan que Saura no deseaba dicha fundación, creada en Cuenca, lo que ha provocado conflictos legales durante siete años.
"La decisión judicial que se acaba de emitir consagra a la vez una ofensa hecha a la memoria de un gran artista y una injusticia agravada de una impostura. Jamás, por ejemplo, las herederas y el albacea han sido escuchados, es decir, han podido ejercer el derecho a ser oídos, derecho fundamental que sin embargo se reconoce a las partes implicadas en un pleito en casi todos los países del mundo", dice la nota.
Señalan que "sin la ayuda y el apoyo de las herederas de Saura, nada de lo que se haga sobrevivirá al tiempo". Frente a la "pseudofundación sin obras del archivo ni sus archivos y sin derechos de autor", declaran que la Sucesión Saura (www.antoniosaura.org) "ha realizado y sigue realizando un trabajo que ha servido y sirve notablemente a la obra de este inmenso artista".