_
_
_
_
_

Bush admite que han muerto violentamente "unos 30.000 iraquíes" desde marzo de 2003

El presidente de Estados Unidos dice que Irán y Siria "no quieren la democracia en Irak"

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush animó ayer a los iraquíes a ir a las urnas el jueves y dijo que aunque "las elecciones no serán perfectas", ningún país ha forjado una democracia "sin desafíos y reveses". El presidente condenó también como "inaceptable" que haya torturas en las cárceles de Irak y dio la cifra de 30.000 muertos iraquíes en la guerra, que se inicio en marzo de 2003, y en la posguerra que se abrió oficialmente a partir del 1 de mayo siguiente. El dato coincide con el de la organización Iraq Body Count. "Nosotros hemos perdido unos 2.140 soldados", añadió Bush.

Más información
El nuevo Irak ve con optimismo su futuro, según un sondeo
Hallado un nuevo centro secreto de torturas en Bagdad
El último informe que pidió Exteriores antes de la guerra de Irak consideró ilegal la intervención
Mil días de una guerra demasiado larga

"Diría que unos 30.000, más o menos, han muerto como resultado de la incursión inicial y de la actual violencia contra los iraquíes", fue la respuesta del presidente.

Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca, aclaró poco después que Bush no había ofrecido "una cifra oficial del Gobierno" y señaló que era "estimación pública citada en informaciones periodísticas". El presidente había admitido preguntas improvisadas, algo muy poco frecuente, en su discurso ante el Consejo de Asuntos Internacionales de Filadelfia, a poca distancia del lugar en el que nació la Constitución estadounidense.

Bush evocó aquella época, "marcada por desórdenes y revueltas", y la comparó con el intento de construir instituciones democráticas en Irak. "Nuestros fundadores se enfrentaron a muchos retos difíciles, cometieron errores y aprendieron de sus experiencias". En Irak, donde el jueves se elige a los 275 miembros del nuevo Parlamento para un periodo de cuatro años, las previsiones indican que una buena parte de los suníes participarán en la convocatoria, a diferencia de las elecciones de enero.

El presidente celebró la mayor integración, dijo que "no hay término medio, la opción es entre democracia y terrorismo", y anticipó que las elecciones no garantizan estabilidad: "Un Irak libre no va a ser un Irak callado; será una nación que seguirá registrando ciertos niveles de violencia". Pero, añadió, este año "será recordado como un punto de inflexión en la historia de Irak, en la de Oriente Próximo y en la historia de la libertad". "Con un Irak democrático ganaremos un aliado en la guerra contra el terrorismo".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"Victoria completa"

Bush volvió a decir que las tropas dejarán el país a medida que se consoliden las instituciones y avance el entrenamiento de los soldados iraquíes, que "va mucho mejor que durante el primer año". "No aceptaremos nada que no sea una victoria completa. Cuando se consiga, nuestras tropas volverán a casa con los laureles que han ganado". Bush acusó a Irán y Siria de no querer que triunfe la democracia en Irak y prometió que EE UU "estará al lado de los iraquíes contra las amenazas de sus vecinos".

Otras de las preguntas cuestionó el vínculo entre el 11 de septiembre y la invasión de Irak. Bush lo justificó diciendo que el 11-S cambió su "visión de la política exterior"; Sadam era una amenaza para el mundo y todos sabían, añadió, que había usado armas de destrucción masiva; "la decisión fue difícil, pero, sabiendo lo que sé hoy, volvería a tomarla. Sacar del poder a Sadam Hussein da mayor seguridad a América". Mayor, pero no completa, admitió el presidente ante otra de las inquietudes de la audiencia: "La invasión ha reducido el riesgo de atentados terroristas en EE UU, pero no creo que estemos a salvo".

Bush, enfrentado a las críticas y al escepticismo, está empeñado en transmitir su estrategia basada en el desarrollo de la democracia en Irak y el comienzo del repliegue de las tropas. Diversas encuestas coinciden en que ha ganado cinco puntos con respecto a los datos de hace dos semanas, pero la media sigue siendo mala. Si no cambian las cosas, el Partido Republicano corre el riesgo de perder el control de una o las dos cámaras en las elecciones legislativas previstas de noviembre de 2006, a pesar de que el diseño de los distritos electorales permitirá pocas variaciones.

Los demócratas, que tienen alguna división en sus filas sobre la cuestión iraquí, saben de todas formas que se ha convertido en un flanco débil del presidente. Ayer, el senador Russell Feingold dijo que Bush no había tranquilizado a los estadounidenses sobre el carácter temporal de la estancia en Irak y que "la actual y masiva presencia militar, sin una estrategia clara y un calendario flexible para finalizar la misión, seguirá alimentando la insurgencia y estorbando el progreso económico y político que Irak necesita para desarrollar una auténtica democracia".

El presidente Bush, durante su discurso ante el Consejo de Asuntos Internacionales de Filadelfia.
El presidente Bush, durante su discurso ante el Consejo de Asuntos Internacionales de Filadelfia.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_