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APUNTES

La asociación de astronomía rompe el convenio y obliga a la Universitat a trasladar su observatorio

La institución académica busca una nueva ubicación condicionada por un futuro parque eólico

Una parte fundamental de los equipos del Observatorio Astronómico de la Universitat de València tendrán que mudarse. Los centros de la institución, casi centenaria, se encuentran repartidos entre el edificio de los Institutos de Investigación de Paterna y el Jerónimo Muñoz de Burjassot. Asimismo, cuenta con telescopios, con instrumentación astronómica y meteorológica en el Centro Astronómico del Alto Turia (CAAT) de Aras de los Olmos (Valencia), en un terreno y en unos edificios propiedad de la Asociación Valenciana de Astronomía (AVA). La colaboración entre ambas entidades responde a un convenio de diez años de vigencia que AVA ha decidido no renovar, con lo que la Universitat deberá trasladar sus equipos a otro lugar antes de marzo de 2006.

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El convenio, que se firmó en 1995 a propuesta del entonces director del Observatorio Álvaro López, permitió la construcción de las instalaciones del CAAT y la explotación conjunta con AVA de varios telescopios de la Universitat. Se eligió como ubicación la Muela de Santa Catalina situada a 1.300 metros de altitud sobre el nivel del mar en uno de los pocos lugares oscuros que quedan en la Comunidad Valenciana con excelentes condiciones de visibilidad y transparencia del cielo. La Universitat ha encontrado ya un enclave apropiado para trasladarse en una zona próxima del mismo municipio. "Nos cogió por sorpresa la ruptura del convenio con AVA y me resultó difícil encontrar fondos porque los presupuestos del año estaban ya aprobados. Las nuevas instalaciones serán provisionales pero suficientes", explica Martínez.

Por su parte, Ángel Flores, presidente de AVA, afirma que "hay voluntad de seguir trabajando pero con un nuevo convenio que ya se ha ofrecido al rector de la Universitat aunque todavía no hemos obtenido respuesta favorable". Otro motivo de la ruptura, según Flores, es que "los telescopios de la Universitat no han funcionado y la llegada del parque eólico ha generado tensiones y ha impedido que el CAAT avance". Por su parte Martínez afirma que el telescopio Trobar está en pleno funcionamiento y el astrógrafo Álvaro López, aunque antiguo, funciona bien para la divulgación.

Desde hace cinco años se planea construir un parque eólico a poca distancia del CAAT en la Muela de Santa Catalina, que además de su baja contaminación lumínica tiene un alto interés eólico. Si finalmente se instalan los molinos, el CAAT tendrá que trasladarse. "Desde que se conoció el proyecto del parque eólico, la Universitat de València ha mantenido una actitud de respeto por la decisión municipal de llevarlo a cabo y al mismo tiempo ha agradecido los esfuerzos del consistorio de Aras de los Olmos por hacer viable la coexistencia de la actividad astronómica con el aprovechamiento de los recursos eólicos", afirma Martínez. Según un comunicado del Observatorio, "la Universitat de València y la empresa Nevasa, responsable del proyecto del parque eólico, están llevando a cabo desde octubre de 2003 negociaciones encaminadas a permitir la compatibilidad de la actividad del Observatorio Astronómico en el citado enclave con el desarrollo del parque eólico". Si estas negociaciones llegaran a buen puerto, Nevasa colaboraría en el traslado de los equipos de la Universitat a los nuevos terrenos y financiaría parte de las instalaciones, según Martínez.

A pesar de la posible llegada del parque eólico, AVA ha empezado a crear sus propias infraestructuras en el CAAT. "No podemos seguir esperando. El pasado verano montamos plataformas con columnas para instalar un reloj de sol y telescopios portátiles, y vamos a empezar a construir observatorios móviles e individuales para los telescopios", explica Flores. "De todos modos, estamos negociando con Nevasa para trasladar nuestros dos telescopios si finalmente se construye el parque eólico", añade.

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La estrella del Observatorio de la Universitat es Trobar (Telescopio Robótico de Aras) un telescopio alemán con un espejo primario de 60 centímetros de diámetro, dotado de tecnología de vanguardia que se instaló en 2003. Por sus características, Trobar se utiliza en estudios que implican un seguimiento largo, como es el caso de las estrellas variables, novas, estallidos de rayos gamma o supernovas cercanas.

"Cuando nos traslademos no queremos desmontar Trobar y dejarlo en un almacén, sino construir unas instalaciones básicas en la nueva ubicación que nos permitan utilizarlo lo antes posible. Su vida científica es limitada: en menos de 15 años quedará obsoleto", subraya Martínez. Trobar puede ser operado por control remoto aunque en la actualidad se encuentra limitado por su cúpula, que se retira de forma manual. "En el nuevo enclave vamos a mejorarlo y monitorizarlo para trabajar con él desde Burjassot o la Ciudad de las Artes y las Ciencias, por ejemplo", añade.

El Observatorio Astronómico realiza ciencia competitiva con financiación procedente de todos los ámbitos, y sus investigadores publican en revistas de prestigio internacional. Además de trabajar con Trobar, los investigadores valencianos realizan observaciones en los grandes Observatorios de Calar Alto (en Almería), el Roque de los Muchachos (La Palma, Canarias) y el Teide (Tenerife, Canarias), entre otros, y están integrados en proyectos colectivos como Alhambra en Calar Alto.

Su equipo de seis investigadores, técnicos y becarios trabaja en cosmología, estudiando la distribución de las galaxias y analizando la radiación cósmica de fondo -un verdadero fósil cargado de información de cuando la edad del Universo era de sólo 380.000 años-. Estudian la masa y la extensión de los halos de materia oscura -una materia que no brilla pero que puede detectarse gracias a su efecto gravitatorio- alrededor de galaxias, la astrometría de planetas menores del sistema solar o el estallido de rayos gamma.

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