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Reportaje:

El 'desafío' de las primeras tomas

Dos grupos de estudiantes compiten por rodar el mejor 'corto' en Málaga con una misma trama del director Juanma Bajo Ulloa

Javier Martín-Arroyo

"Durante la carrera, un rodaje tan profesional no lo habíamos ni olido. Aquí, cuando dirección tiene que meter caña, la mete". Ricardo Ron y otros 27 estudiantes, divididos en dos equipos de rodaje, rivalizan por filmar el mejor cortometraje en un tiempo récord: siete días. Los ingredientes son cuatro actores, diez personas para los equipos técnico y artístico, pero sobre todo ganas, muchas ganas. El pasado lunes el director vasco Juanma Bajo Ulloa les planteaba a ambos grupos El desafío. Un reto en el que a partir de un mismo argumento suyo sin desenlace, los estudiantes escribieron un guión, se lanzaron a rodarlo y hoy realizarán el montaje, para exhibirlo mañana ante una audiencia que votará por la mejor historia.

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"Del otro rodaje no sé nada. Ni quiero saberlo"

En los rodajes hay caras dubitativas, discusiones serenas para atemperar los nervios, desconcierto, pero también sonrisas, a pesar de que se enfrentan al género fantástico. El director vasco es el acicate que les hace progresar, pero éste no quiere interferir demasiado en el proceso creativo. "Intento ser el espejo en el que ven sus errores. Reculan sobre mis preguntas, y sólo ofrezco ideas cuando hay callejones sin salida", explica. Bajo Ulloa se desdobla para tutelar ambos rodajes. Las discusiones para los diálogos de guión y el primer día de rodaje, en el que ambos equipos filmaron en el cementerio inglés, mantuvo a los estudiantes a tiro. Sin embargo, desde el miércoles, el director vasco cruza la ciudad cada tres horas para supervisar que no haya tiempos muertos.

Frente a la iglesia del barrio de Carranque, el personaje de un cura adoctrinaba a los niños, que alborotaban a su paso con una pelota. Andrés Sánchez, que ejerce de ayudante de producción, aclaraba lo mejor del reto: "El contacto con Juanma, un director de culto". Mientras, en una casa de la playa de la Araña, a la protagonista de las escenas rivales se le aparecía un inesperado fantasma. "Sin duda es nuestra mejor toma, y espero que el resultado no se parezca en nada a la competencia", decía Alberto Alonso, ocasional jefe de producción. "He aprendido lo complicadísimo que es tener contento a todo el mundo, y a poder tener recursos para todos los imprevistos", confiaba.

Para reflejar un rodaje profesional, los medios "están a la altura" y los cortometrajes se rodarán en alta definición, apunta Enrique Mesa, impulsor de la idea junto al realizador vasco. Los progresos de ambos grupos varían de un día para otro. "Mientras que un equipo demostró gran destreza escribiendo el guión, durante el rodaje el otro se ha acoplado mejor", decía Mesa. Bajo Ulloa añadía: "Como en la vida real. Si no te da tiempo a rodar ciertas escenas, los eléctricos acaban su jornada y te jodes".

Para la proyección de mañana, ambos equipos avisarán a sus amigos y público devoto de una cita ineludible. Deben votar por su versión, y ganar les permitirá participar en el próximo Festival de cine fantástico de Málaga. "Seguro que habrá gran convocatoria, claro, pero la competición es lo de menos", matiza Bajo Ulloa.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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