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EL FIN DE UNA NUCLEAR

El desmantelamiento de Zorita costará 170 millones y 10 años de trabajo

Unión Fenosa quiere mantener la catalogación de uso nuclear del terreno de la central

Rafa Höhr

La central nuclear de Zorita, la más antigua de España, tiene los días contados. Desde que se puso en marcha, el 11 de octubre de 1968, ha producido 35.550 millones de kilovatios hora, la electricidad que gasta España en dos meses . Su diseño ha quedado anticuado y las plantas que se construyeron después en España, entre 1971 y 1988, producen ocho veces más electricidad. Su cierre, decidido en 2002 tras una polémica entre los consejeros del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), no es un problema para el sistema eléctrico (al año sólo produce un 0,5% de la electricidad que consume España). Es un reto tecnológico.

El 30 de abril de 2006 será desconectada de la red. Los ingenieros dejarán de bombardear con neutrones el uranio y la central se apagará. Quedarán 292 barras de combustibles gastado, con actividad durante decenas de miles de años, un núcleo que enfriar y que descontaminar, 60.000 kilos de chatarra y un trozo la historia de la energía nuclear en España.

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"Lo primero será extraer el combustible gastado de las piscinas en las que se están enfriando y almacenarlos en bidones de hormigón junto al central", explica el responsable del desmantelamiento en el CSN, José María Balmisa. Las barras de combustible contienen el uranio a partir del cual se obtiene la energía tras bombardearlo con neutrones. El almacén lo construirá Unión Fenosa y costará unos 35 millones de euros.

Una vez almacenado el combustible en bidones, ya en 2009, la empresa pública que gestiona los residuos, Enresa, tomará las llaves de la central. Lo primero será descontaminar las zonas del reactor con radiación. El subdirector de Protección Radiológica del desmantelamiento del CSN (que supervisa y aprueba las acciones de Enresa), José Luis Revilla, explica que en ese momento "entrarán los técnicos con la escoba". La radiación es como una mancha de grasa, se elimina frotando, rascando el material, sea un tubo, una pared o un suelo, y almacenando el residuo. En algunas zonas hay que usar productos químicos que absorben la radiación y que luego se pueden tratar como un residuo.

En 2015, Enresa dejará el terreno limpio, como un solar, sin un resto de la central y sin radiación. Se trata del primer desmantelamiento completo que se realiza en España. En Vandellòs I, cerrada tras un incendio en 1989, Enresa optó por cubrir el reactor con un sarcófago y esperar a que decayera la radiación. Aún sigue cubierta. La descontaminación y demolición de la central de Zorita costará unos 135 millones de euros, según Fenosa, que Enresa pagará con dinero público almacenado desde 1984 de un porcentaje de la factura de la luz.

Lo que ocurra después con el terreno es lo que más preocupa en la zona. Unión Fenosa lanzó la piedra: "La idea de Unión Fenosa Generación es que el emplazamiento de la central debe seguir siendo mantenido para el uso futuro de instalaciones nucleares de generación". Así lo anunció por escrito en la Comisión de Explotación del 3 de octubre pasado.

En una presentación posterior del director de Unión Fenosa Nuclear, David Sola, detalla su intención. Su presentación, titulada Central Nuclear José Cabrera: el final de una etapa y el inicio de una nueva, afirma: "Todos los emplazamientos nucleares en el mundo se están manteniendo como un activo valioso, dado el actual entorno energético de elevados precios de la energía, de preocupación por el calentamiento producido por los gases de efecto invernadero y de la necesidad de garantizar el suministro". Esta es la primera vez en 20 años que una eléctrica plasma por escrito, aunque sea a medio plazo, su intención de abrir una central.

Posteriormente, fuentes de Unión Fenosa han matizado que "no hay ningún plan de inversiones para construir una nuclear" e insisten en que la intención de mantener el suelo con carácter nuclear servirá para que el pueblo mantenga los ingresos que Enresa paga por almacenar residuos.

El presidente del Foro Nuclear, Eduardo González, afirma que los emplazamientos nucleares "son un activo para el país más que para la eléctrica y así hay que mantenerlos". Fuentes del sector explican que el suelo calificado nuclear es mucho más caro porque ha superado infinidad de trámites y si en algún momento alguien decide construir una central, ese terreno será de los pocos disponibles.

Aunque la intención de Unión Fenosa no reabra el debate nuclear, lo cierto es que si una eléctrica quiere abrir una central en España, no encontrará un lugar menos problemático que Almonacid de Zorita, en Guadalajara. El alcalde del pueblo, Gabriel Ruiz del Olmo, del PP, afirma que la zona perderá empleo sin la central. El pueblo tiene 800 habitantes y la central emplea a 271 personas (121 fijos y 150 pertenecen a empresas subcontratadas). El 27% de los 800 habitantes de Almonacid de Zorita trabajan en el sector industrial (en la central o en la estación hidroeléctrica de Bolarque, de la que parte el trasvase Tajo-Segura).

Aunque el desmantelamiento dará trabajo hasta 2015, en abril de 2006 abandonará la central unos 100 empleados, según el alcalde, que gobierna por una cómoda mayoría (cinco concejales contra dos del PSOE) y que es empleado de la central. Ruiz del Olmo afirma que "estaría encantado con la idea de abrir una central" que sustituya a la de Zorita.

La central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita, Guadalajara.
La central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita, Guadalajara.BERNARDO PÉREZ

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