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La Comunidad paraliza el soterramiento de la M-30 bajo el puente de Toledo

El Ayuntamiento quería atravesar el pontón con un colector de tres metros de altura

Vicente G. Olaya

Tres siglos de la historia de Madrid han taponado el proyecto municipal de soterrar la M-30. El puente de Toledo, construido entre 1719 y 1724 y declarado bien de interés cultural, tiene que ser horadado de lado a lado para que a través de sus muros pase un gran colector adyacente a la autovía de circunvalación. La Dirección General de Patrimonio de la Comunidad, ante los daños que ocasionaría la obra, ha parado los trabajos. El permiso que tenía el Ayuntamiento para llevar a cabo las obras (firmado a mediados de 2004), ya no es válido porque el Consistorio, sin contar con la Comunidad, ha modificado unilateralmente el proyecto: además del colector, el Consistorio quiere ampliar de dos a tres el número de carriles de la autopista, lo que podría provocar, según fuentes de la Comunidad, daños en los laterales del puente.

El concejal socialista Félix Arias denunció ayer este "escándalo" y aseguró que su grupo municipal estudia denunciar el caso ante los tribunales y el Ministerio de Cultura.

El puente de Toledo es obra de Pedro de Ribera. Se trata de una estructura de estilo barroco, con nueve ojos de medio punto y sillares de granito. Fue declarado monumento nacional en 1956, lo que en la actual legislación se denomina bien de interés cultural. Cuenta, por tanto, con la máxima protección legal. Cualquier afección, tanto a él como a su entorno, requiere un informe preceptivo de Cultura.Como el soterramiento de la M-30 afectaba al puente de Toledo en el primer proyecto que el Ayuntamiento presentó a la Comunidad en 2004, la Dirección General del Patrimonio de la Comunidad le obligó, en mayo de ese año, a cambiarlo. El Consistorio presentó entonces cinco posibles soluciones técnicas. Patrimonio eligió una que obligaba a desviar las calzadas hacia los laterales del puente. Y así se hizo.

Pero el Ayuntamiento, según la Comunidad de Madrid, volvió a modificar el proyecto finalmente aprobado: aumentó de dos a tres el número de carriles previsto e incluyó, a petición de la Confederación Hidrográfica del Tajo, un colector.

"Pero lo que nadie sabía", explica Félix Arias, portavoz de Urbanismo del grupo municipal del PSOE, "es que el colector tenía que romper las zapatas del puente para poder atravesarlo".

Arias indica que cualquier afección a este bien de interés cultural exige un plan especial que debe ser aprobado por el Ministerio de Cultura. "Lo que han hecho, para que no se derrumbe, es introducir vigas de hormigón, de lado a lado, en la base para crear una bóveda. Además, han introducido columnas de cemento en las proximidades para compactar terreno. Luego, tenían previsto quitar todas las piedras que quedaban en el interior de la bóveda e introducir la caja del colector, de unos tres metros de altura", afirma Arias. "Pero eso es una barbaridad: no pueden romper el puente, está protegido", insiste el concejal socialista.

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El director general de Patrimonio, Javier Hernández, reconoció ayer que hace dos semanas el Ayuntamiento les presentó un nuevo proyecto -para el que no tenía permiso-, que incluía aumentar de dos a tres el número de carriles de la autopista, además de un colector de mayores proporciones al inicial.

Trabajos reversibles

Hernández admite que el Ayuntamiento de Madrid ha creado ya la citada bóveda de hormigón en las zapatas del puente para introducir por ahí el colector. "Pero se trata de unos trabajos reversibles, que no han producido daños estructurales. Todo podrá recomponerse", cree.

De todas formas, el director general admite que el Consistorio carecía de permiso para estos trabajos y que, por lo tanto, las obras del colector quedaban paralizadas hasta que se presente un nuevo proyecto. Éste, además, debe ser aprobado por la Consejería de Cultura.

Por su parte, fuentes de la Dirección General de Carreteras aseguraron ayer que desconocían "las causas por las que el Ayuntamiento había decidido ampliar el número de carriles previstos. "La semana pasada le dijimos a Manuel Melis [director general de Infraestructuras del Ayuntamiento] que nos explicase a qué se debe esta modificación. Hasta que no se presente un nuevo proyecto y que éste sea estudiado por los técnicos, no se podrá llevar a cabo la modificación del proyecto original".

Carreteras añade que la ampliación de los carriles podría afectar de manera negativa a las pilastras y bases del puente, por lo que ha reclamado al Ayuntamiento saber cuál es el "método constructivo" que se va a emplear, así como las zonas por donde se desviará el tráfico.

Por su parte, el PSOE anunció que el grupo municipal estudiaba ayer presentar una denuncia ante el juzgado, así como otra en el Ministerio de Cultura. "Pedimos que se trate este puente conforme el procedimiento reglamentario y que se tomen las medidas oportunas", dice el concejal.

Fuentes del Ayuntamiento señalaron ayer que no tenía constancia oficial de la paralización de la obra y restó importancia a la modificación del proyecto original. Los mismos medios municipales añadieron que el cambio de planes "no afecta en nada a la integridad del puente".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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