Salud mental y migración
Es adecuada la información que ofrece EL PAÍS el 20 de noviembre acerca de lo tratado en el Simposio Salud Mental y Procesos Migratorios, que la Asociación Atlántida celebró en Barcelona el 18 y 19 pasados, pero alguno de los puntos puede dar pie a una lectura ambigua que quisiera matizar. Lo que realmente concluimos es que no se puede psiquiatrizar ni hacer una lectura psicopatológica de algunas manifestaciones sintomatológicas de las personas inmigradas; que sus síntomas son respuesta natural a las duras condiciones del tránsito y acogida; que lo que realmente daña es la injusticia, el abuso y las tremendas desigualdades en el reparto de los recursos y de las posibilidades, y que, por tanto, luchar contra la desigualdad, la estigmatización, los estereotipos, los abusos y las barreras en el acceso a la normalidad es la mejor manera de hacer salud y construir una comunidad solidaria en la que todos tengamos posibilidades de desarrollo. No es mas alto el índice de prevalencia de trastornos mentales en función de haber tenido la experiencia de migrar, pero sí los niveles de sufrimiento provocado por las causas que lo originaron y el modo en que dicho proceso se produjo, de lo cual queda una huella en el psiquismo. Hay que ir a una atención de salud normalizada.