_
_
_
_
_

Detenido en Murcia el acusado de matar a dos personas en Manises y disparar contra su hijo

Vicente González Cano escapó del cerco policial y ha estado 18 días huido

"No estoy armado, no estoy armado". La policía asegura que eso fue lo primero que dijo Vicente González Cano ayer cuando agentes especiales entraron en la habitación que ocupaba en un piso de Murcia con las armas apuntándole. El fugitivo escapó el 13 de octubre tras disparar en Manises contra su hijo en la empresa de la que éste es dueño y herirle, matar de varios tiros al gerente y atropellar mortalmente en su fuga a un vecino de 67 años. González Cano, padre de tres hijos, con antecedentes y calificado de muy peligroso declarará en breve ante la juez.

En la cama, dormido. Así atrapó ayer la policía nacional a Vicente González Cano en un piso en el que se alquilan habitaciones en el centro de Murcia. Desde que el pasado 13 de octubre disparara en Manises contra su hijo, matara de varios tiros a otra persona y atropellara mortalmente a una tercera, la policía vigiló día y noche los domicilios familiares, rastreó los últimos movimientos tras el crimen. La pista se perdía en un polígono de Aldaia, allí abandonó su coche. Se rastrearon los hospitales (la mujer que le acompañaba y con la que le han detenido, de nacionalidad rumana y 21 años estaba embarazada de ocho meses). Ni rastro. Se peinaron locales relacionados con la prostitución. Sin éxito. Pero finalmente la investigación acabó por localizarle en la que ha sido una escapada larga pero de corto recorrido.

Agentes de policía nacional de Valencia, Madrid y Murcia, incluidos varios integrantes del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) localizaron a Vicente González y a su compañera en la tarde del domingo. Pero esperaron al mejor momento para intervenir. Poco antes de echar la puerta abajo de la habitación González Cano hizo su entrada en el piso. Y a las cinco de la madrugada el operativo intervino. "No estoy armado. No estoy armado" fue lo primero que dijo el fugitivo cuando vio su cama literalmente tomada -como se pudo ver en imágenes facilitadas por la policía- por agentes apuntándole. González Cano, de 53 años, con antecedentes penales, pendiente de ingresar en prisión por una condena firmada el pasado año por el titular del Juzgado de Lo Penal número diez de Valencia y en manos de ejecutorias. En 2002, intentó ya matar a Ramón (uno de sus dos hijos y el mismo al que atacó el pasado 13 de octubre). Disparó contra la puerta equivocada. También entonces se escapó, pero lo atraparon.

El detenido está separado de su mujer. La pareja tuvo tres hijos. Uno de ellos murió en extrañas circunstancias en 2002. Está calificado en informes forenses de muy peligroso, es consumidor habitual de cocaína, lo que le ha provocado un trastorno que multiplica su agresividad. Su vida en los últimos años ha transcurrido por bajos fondos, ha cambiado su imagen en varias ocasiones para zafarse de la policía. Ayer por la tarde entró en un vehículo policial en la Jefatura Superior de Policía de Valencia trasladado desde Murcia. Entre hoy y mañana, previsiblemente, prestará declaración ante la juez que abrió las diligencias el día del tiroteo y mortal atropello. Su compañera también está detenida. La vigilancia de los domicilios de su ex mujer y sus hijos desapareció ayer mismo. Y uno de sus hijos dijo al conocer la detención: "Qué se acabe esto ya y que se pudra en la cárcel".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_