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Tráfico retrasa la implantación del nuevo examen de conducir hasta el segundo trimestre de 2006

La prueba teórica incluirá más preguntas sobre seguridad vial y se realizará con ordenador

Elsa Granda

Octubre no será el mes en el que el papel y los bolígrafos dejaron de ser compañeros de las manos temblorosas que aspiran a coger el volante de un vehículo. Era la fecha señalada para el salto al futuro de los exámenes de conducir, pero el paso hacia las nuevas tecnologías deberá esperar hasta el segundo trimestre de 2006. El complejo sistema informático que precisa y el despliegue tecnológico que conlleva han frenado la reforma que Tráfico pretendía implantar este invierno. El cambio no se traducirá sólo en la forma, sino también en el fondo: habrá más preguntas sobre seguridad vial y el test será más complejo.

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No se podrá mirar con el rabillo del ojo las respuestas del compañero, su examen no tendrá nada que ver con el nuestro; nadie podrá pasarnos una chuleta con sus preguntas, porque las probabilidades de que sea el mismo serán remotas; y la mayoría de las respuestas tendrán una, dos, tres o cuatro respuestas correctas -salvo las que se refieren a normas- frente a sólo una del actual sistema. No es una carrera de obstáculos, sino las dificultades que encontrarán quienes se enfrenten al examen teórico de conducir, que llegará en primavera. También se pretende combatir el tráfico de pruebas teóricas de algunas autoescuelas.

Anualmente 1.300.000 personas se enfrentan a ese examen y medio millón suspendió el año pasado. La Dirección General de Tráfico (DGT) ya tiene perfilado un catálogo de preguntas, supervisadas por expertos y pedagogos, que convivirán en una base de datos y compondrán un examen único para cada aspirante a conductor. "Según la Facultad de Estadística de la Universidad de Murcia, podremos hacer millones de combinaciones", explica Antonio Riu, subdirector de Educación, Divulgación y Formación Vial de Tráfico. Como la complejidad de la prueba aumenta, también crecerá el margen de error permitido, que será un 25% mayor que en la actualidad. Las preguntas sobre seguridad vial, como los riesgos del consumo de alcohol al volante o las consecuencias de pisar el acelerador, representarán entre el 40% y el 50% del total.

Sin concienciación, no habrá licencia. Antonio Riu explica, a modo de ejemplo, que hasta ahora se pregunta cuál es el límite legal de alcoholemia, "pero no por qué es peligroso, ni si saben que con dos cervezas conducir ya empieza a ser peligroso". Y señala que se pretenden incorporar cuestiones que son "tan importantes como saber que en un stop hay que parar". Irse a casa sabiendo si se ha superado la prueba será cuestión de minutos, y Tráfico ha puesto especial empeño en simplificar las preguntas. Lo que no está previsto es mover una sola coma de los actuales manuales o abordar una reforma de los exámenes prácticos. La base de datos con las preguntas será pública a través de la página web de la DGT.

La implantación será gradual y no culminará hasta el primer trimestre de 2007. La prueba piloto está prevista para abril y después el sistema se irá extendiendo a toda España. El proyecto contempla que los centros de reconocimiento médico estén conectados con Tráfico, así como también lo estarán los centros donde se realizan los exámenes. Antes, la base de datos tiene que estar lista, se decidirá qué pantalla es la óptima (táctil o la tradicional), habrá que comprar 1.500 ordenadores y desplegar las redes que permitan la interconexión. "El proceso es más largo de lo que se había pensado", señala Riu.

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169 centros de reeducación

La DGT hizo público ayer el pliego de condiciones para la adjudicación de los centros que impartirán los cursos de reeducación tras la entrada en vigor del carné por puntos y que están dirigidos a quienes pierdan parte o el total de su saldo. El nuevo permiso, que no estará vigente hasta el próximo verano, establece para los primeros la asistencia a 12 horas de formación en educación vial, y para los segundos, de 24. La concesión tendrá una duración de cinco años y su apertura será gradual, desde julio de 2006 hasta enero de 2007. Tráfico ha establecido los criterios para la concesión y se encargará de la inspección de los centros.

En total serán 169 puntos que deberán contar con dos formadores, que previamente serán instruidos por el Instituto de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia. La intención es que la mayoría de los ciudadanos tengan acceso a estos cursos sin desplazarse más allá de 30 kilómetros, por lo que estudiará si los centros tienen capacidad para atender la demanda. Se estima que anualmente 6.000 conductores perderán el carné y 60.000 tendrán que recuperar parte de su saldo de 12 puntos.

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