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Reportaje:

El universo torturado de Frida Kahlo

La Fundación Caixa Galicia expone en Santiago 26 obras de la colección Dolores Olmedo

Después de ser la estrella indiscutible del verano en la Tate de Londres (375.000 visitantes), una parte importante de la exposición de Frida Kahlo llega a España. Son 26 cuadros de la colección Dolores Olmedo Patiño de la Ciudad de México que, desde mañana y hasta el 20 de enero, se expondrán en la sede de Caixa Galicia de Santiago de Compostela. Lo que fue el universo torturado de la gran pintora mexicana se completa con fotografías, documentales y actividades paralelas sobre los grandes mitos que cimentaron la vida de una mujer de leyenda.

La colección de 26 cuadros que Caixa Galicia ha traído a España sirve para desmenuzar los ingredientes del mito Frida Kahlo (1907-1954). Son obras que fueron adquiridas por Dolores Olmedo Patiño por consejo de Diego Rivera. Olmedo era gran amiga del pintor pero detestaba a Frida, según cuenta Carlos Philips de Olmedo, hijo de la gran mecenas, coleccionista y empresaria que fue Dolores Olmedo. "La antipatía entre ambas", recuerda el hijo, "venía de la rivalidad que las dos mujeres tuvieron por Alejandro Gómez Arias, el primer novio oficial de Frida".

Philips cuenta que su madre era maestra de profesión y conoció a todos los grandes intelectuales mexicanos. "Rivera fue un caso especial, y aunque mi madre tuvo numerosos amantes, en la familia estamos convencidos de que nunca tuvo nada con Rivera. Pero Frida no lo creía así. Ambas se detestaban. Un día, Diego convenció a mi madre para que comprara esta colección de 27 obras en total y sin dudarlo las compró, pero las guardó durante muchos años bajo llave. No quiso que se expusieran junto a las más de 200 de Rivera que mi madre tenía y que ahora forman el corazón del museo, junto a las de la propia Frida".

Sobre la fabulosa colección creada por su madre y que fue donada completa al pueblo de México, Philips cuenta que surgió cuando Dolores Olmedo hereda un dinero de su madre y decide abandonar la enseñanza para montar lo que sería su primera fábrica de ladrillos. "Fue una mujer de armas tomar. Conoció a todos los intelectuales mexicanos y extranjeros de aquellos años y compró con gran gusto arte precolombino y contemporáneo. Al final, mis tres hermanos y yo nos quedamos sin la colección porque estaba segura de que la dispersaríamos y la dejó para todos los mexicanos".

Vida tormentosa

Phillips, que asegura que en España concluye el viaje europeo de Frida, espera que sea una oportunidad para que la gente ponga en su justo lugar su obra respecto a la de Diego Rivera. Cree que ambos se complementaron y enriquecieron pese a su tormentosa vida en común.

El historiador y ensayista mexicano Carlos Monsiváis, especialista en la obra de Frida, es uno de los máximos defensores de la obra de la pintora. Para él, es una artista absoluta que se ha ido agrandando con el tiempo fuera de la gran obra de su marido, Diego Rivera. "Diego era la figura más deslumbrante de las juventudes comunistas en las que entonces se movía. Era un estalinista convencido y un espectáculo personal al que no podías dejar de mirar". "A ella la vi durante una manifestación en contra del golpe de la CIA en Guatemala. Durante toda la marcha no pude dejar de mirar a una mujer que resplandecía desde su silla de ruedas".

La última vez que la vio estaba muerta. "El velorio fue en el Palacio de Bellas Artes. Los dolientes tomaban tequila y cantaban rancheras. Estaba bellísima. Con ella estaban sus amigas Chavela Vargas y Concha Michel. Había una bandera rojinegra que un militar intentó retirar. Diego dijo que si tocaban la bandera se llevaba el cadáver, y nadie se atrevió a tocar nada".

Monsiváis no admite dudas sobre el talento artístico de Frida. "Era una leyenda a la que los gringos convierten en celebridad. Y además se mide con un hombre, Rivera, que es un monopolio visual. Pero, poco a poco, Frida crece y se impone. Deja de ser un personaje creado por otros para imponer un mundo intimista y auténtico surgido en su Coyoacán natal. Ella es una excéntrica absoluta engendrada a sí misma que crea todo un mundo propio basado en sus iluminaciones mentales".

<i>La columna rota</i> (1944), de Frida Kahlo.
La columna rota (1944), de Frida Kahlo.

Cine, música, comida

Las pinturas de Frida no estarán solas. Imágenes sobre su vida, su música favorita, sus trajes o las comidas que compartía con sus amigos se podrán conocer estos días en Santiago.

Lo primero es la colección de fotografías que recorre su vida, desde su infancia hasta el lecho de muerte, pasando por su época escolar, su adolescencia y su madurez.

Hay también dos importantes producciones audiovisuales. Un vídeo procedente de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México exhibe los espacios en los que vivió Frida Kahlo, así como algunas imágenes tomadas por Lola Álvarez Bravo en uno de los pocos fragmentos audiovisuales que se conservan de la artista.

En un segundo vídeo, titulado Las dos Fridas,

se incluyen entrevistas con historiadores, artistas, amigos y familiares. Tienen espacio propio sus vestidos de Tehuana, los ricos trajes que vistió hasta su muerte. Y además de música y comida, su mundo se completa con un gran altar de muertos construido para la exposición.

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